lunes, 31 de octubre de 2011

CLASICOS DE ORO CONTEMPORANEOS: BECK,BOGERT & APPICE (1973)



Con motivo de la reciente actuación en Madrid de Vargas, Appice y Shortino, he sacado de las estanterías más altas algunos de esos viejos vinilos de colección para refrescar las versiones originales de las canciones que el grupo iba a tocar en el concierto de la Sala Caracol, y evidentemente, he tenido que irme al disco que en gran medida, es el que inspiró este proyecto de Vargas, Bogert & Appice: el B.B&A de la fabulosa base rítmica de Cactus nada menos que con Jeff Beck.

Tras la edición de dos discos en 1971 y 1972 de una nueva versión del Jeff Beck Group en la que tuvieron más peso músicos procedentes del soul y del jazz que anticipó en cierto modo lo que sería la carrera de Beck en solitario a partir de la edición de Blow By Blow en 1975, y rotos Cactus, la primigenia idea de montar un grupo con los ex – Vanilla Fudge Tim Bogert y Carmine Appice volvió a adquirir sentido y a partir de septiembre de 1972 el trío empezó a ensayar y a preparar lo que sería la grabación de Beck, Bogert & Appice entre diciembre de 1972 y enero de 1973.

El resultado de esta nueva aventura musical fue un discazo sensacional, clásico de clásicos absoluto y en el que el trío se lanza a hacer un Hard Rock denso, duro y cargado de feeling sobre una base blues muy bien estructurada, que ya desde el primer tema “Black Cat Moan” establece con toda claridad los parámetros musicales en los que nos vamos a mover: temas muy fuertes, muy duros, en los que habrá claras reminiscencias blues y más de una concesión a un tipo de rock más experimental, más en consonancia con esa inquietud musical que caracteriza a Jeff Beck y que desarrollará ampliamente en el futuro. Un claro y significativo ejemplo del espíritu musical que informa este disco es “Lady”, un tema en el que conviven a la perfección el afán experimentador del guitarrista y la orientación rock más clásica de Bogert y Appice, con más de un guiño musical muy evidente a Cactus.

Inolvidable la sensacional versión que el grupo hace del “Superstition” de Stevie Wonder, y en donde su instrumentación y su sonoridad lo convierten, de ser un tema de funky/soul en todo un tema de Hard Rock, aunque sin duda, con un groove y un aroma jazz-soul fabuloso coronado por uno de los mejores solos de guitarra de la trayectoria de Jeff Beck en los 70. En un plano más tranquilo, no se debe olvidar la balada “Sweet Sweet Surrender” –muy similar al “I Shall Be Released” de Bob Dylan- y volviendo al más puro Hard Rock, “Why Should I Care”, “Lose Myself With You” y “Livin’ Alone” un rock´n´roll con aire muy clásico, y en donde nuevo, Beck se luce como el inmenso, el gigantesco guitarrista que es.

Un maravilloso disco, una obra que dejó una profundísima huella en el Hard Rock de los 70 y que atesora un verdadero caudal de talento, brillantez y genialidad.

domingo, 23 de octubre de 2011

LAS GRANDES DESCARGAS EN VIVO DE LA HISTORIA DEL ROCK ESPAÑOL (III): FESTIVAL DE ROCK SAN SEBASTIAN DE LOS REYES

Asfalto, Leño, Barón Rojo, sábado 11 de junio de 1983

Un gran concierto, que también ha quedado como uno de los más grandes de nuestra historia por varias circunstancias. Aquella fue la primera actuación importante en el centro de Asfalto con su nuevo cantante, Miguel Oñate, una de las últimas de Leño fuera de aquella gira “Rock De Una Noche De Verano” que hicieron durante aquel verano del 83, y la presentación a grandes niveles de ‘Metalmorfósis’, el nuevo Lp de Barón Rojo que se había puesto a la venta a primeros del mes de mayo.

Personalmente, recuerdo que tuve noticia de aquel festival en el concierto de Saxon celebrado en el Pabellón de Deportes del Real Madrid a través de una octavilla que se repartía a la entrada. Recuerdo también que todavía tenía el susto en el cuerpo después de haber sido testigo de la brutal carga de la policía a caballo, con porrazos, gases lacrimógenos y reparto de hostias –sin consagrar- contra quienes estábamos en la cola del concierto so pretexto de que la cola había invadido la calzada y dificultaba el tráfico. Según la leí, me dije…esto hay que verlo. Y a pesar de que tenía al lunes siguiente un examen final de geografía e historia de 2º del antiguo B.U.P, y tras una acalorada discusión con mi padre, me fui para allá.

Desde hacía muchos meses no había habido en Madrid ni en sus inmediaciones un potente festival de rock como este, y desde la capital hubo una buena cantidad de autobuses que trasladaron a muchos fanáticos heavys hambrientos de una buena descarga, aunque no así a la vuelta, que fue una odisea que ya comentaré al final del artículo. Un total de 15.000 personas llenaron hasta arriba la Plaza de Toros de la localidad madrileña para ver un concierto que sin pretenderlo, acabó siendo histórico por muchaas razones.

El concierto había sido organizado directamente por el ayuntamiento de San Sebastian de Los Reyes, dirigido en 1983 por una coalición PSOE-PCE en la que el concejal de cultura y festejos, un legendario personaje al que en el mundillo del rock se le conocía por su apellido, Matamoros- nunca llegué a saber cual era su nombre de pila- un dirigente local del PCE, como la mayoría de mis camaradas comunistas en aquel momento, era sensible al deseo que se sentía entre la juventud obrera de Madrid en 1983 de ver en sus fiestas populares conciertos de rock, de rock fuerte, duro, como el que esos tres históricos grupos representaban, y por tanto organizó aquel gran festival, insisto, histórico aún a pesar de la precariedad de medios y las deficiencias de las que adoleció . Ahora que lo recuerdo, y sin ninguna intención de caer en nostalgia lacrimógena… joder, que distinto era aquel Madrid y sus pueblos de lo que es ahora…

Volviendo al concierto, se abrió la fiesta con más de una hora de retraso sobre el horario previsto con unos Asfalto inconmensurables, que habían iniciado el camino de la independencia discográfica y aquel concierto era también en cierta manera la presentación de aquel legendario álbum. ‘Mas Que Una Intención’. Me impresionó muchísimo no solo la potencia de voz, sino la presencia, las tablas, y la personalidad de frontman de Miguel Oñate, que le inyectó en aquel momento a Asfalto una fuerza y una energía tremendas, además de una imagen rompedora super impactante- Miguel parecía una versión años 80 de los mejores Robert Plant o Roger Daltrey- y aquellas interpretaciones de “La Paz Es Verde”, “Richie (Estrella del Rock)” o “Tenías Razón” se han quedado en mi memoria como una de las veces en las que más disfruté de aquellos Asfalto, porque además también sabía cantar temas como “Ser Urbano” con una fuerza que te estremecía. Inolvidable. Asfalto estuvieron sensacionales, con un Miguel Oñate que ardía en ganas de demostrar sus poderes como frontman en un momento en el que el grupo había vuelto con un entusiasmo y un rollo frescos, renovados y excelentes.

A la banda de Julio Castejón siguió en el escenario Leño, presentados por Mariano García y por la Abuela Angeles, quienes hicieron otro de sus grandes conciertos, cuando ya circulaban por el ambiente musical madrileño rumores sobre las desavenencias existentes en el seno de la banda y había quien se atrevía a vaticinar su cercana desaparición. A destacar que Leño gozaron de mucho mejor sonido que Asfalto aun dentro de un sonido que en general era una sinfonía de acoples, saturación, etc. tremendos.

Yo había visto a Leño por primera vez un año antes en la presentación de ‘Corre Corre’ en el Pabellon con unos pletóricos Alarma!!! de teloneros –joder, con un Manolo Tena del que siempre dije que era toda una rock star, y así lo demostró después- y me habían fascinado. Aquella vez en SS de los Reyes también me gustaron, pero se notaba que ya no existía la misma química entre ellos. Cuando en octubre anunciaron el final de la banda, por desgracia, no me extrañó. Un mes más tarde les ví con Miguel Ríos en el concierto del Estadio de Vallekas y la sensación fue la misma. Eso sí, a pesar de todo, flipé aquella noche con sus versiones de “Cucarachas” y “Sorprendente”, que les salieron de fábula.

Y como cierre de la fiesta, Barón Rojo en sus buenos tiempos, en sus mejores tiempos rompiendo absolutamente con todo, haciendo estallar en directo temazos como “Tierra De Vándalos”, “El Malo”, “Se Escapa El Tiempo” y todos los que integraban aquella obra maestra llamada ‘Metalmorfósis’, además de unas versiones en directo sensacionales de “Resistiré”, “Larga Vida al Rock´n´Roll” y “Con Botas Sucias” en las que tanto Sherpa como Carlos de Castro se dejaron la garganta en carne viva, al tiempo que Hermes Calabria hizo uno de los solos de batería más demoledores que había visto nunca hasta entonces. ¡Qué grandes eran aquellos Barones!

Por los sucesivos retrasos entre actuación y actuación el concierto termino pasadas las tres y media de la madrugada. Fue materialmente imposible coger el único autobús que salió con dirección Madrid centro al acabar el concierto –una vez más y para variar, la policía disolvió a porrazos la aglomeración que se creó junto a la parada y no nos quedó más remedio que emprender la marcha hacia Madrid caminando por el arcén de la carretera, con la custodia de varias lecheras de la madera vigilando que no fuéramos a cometer ningún acto delictivo en mitad de una carretera despoblada por la que no pasaba ni un coche… aunaque eso sí, si pasaba alguno, se le saludaba al estilo heavy de la época ¡y aceleraba como si hubiera visto al diablo!

Recuerdo también que en esa marea humana que íbamos caminando hacia Madrid, llenos de buen rollo por haber disfrutado de aquel concierto, de vez en cuando alguien te ofrecía una calada de hierba o de chocolate, un trago, una broma, comentarios sobre como había estado cada grupo… más de una vez lo he comentado, en aquellos años, entre la peña de del Heavy en Madrid, y supongo que del mismo modo en otras ciudades, existía un calor humano, una solidaridad, una camaradería, una complicidad que nos hacía sentirnos miembros no de una “tribu urbana”, como se decía en la prensa generalista, sino de una hermandad, una colectividad, una comunidad, incluso una familia. Sin divisiones estúpidas entre “blackmetaleros” y “truemetaleros”, sin guerras infantiles en foros de internet, sin todos los “jevis” engordando el culo pegados al ordenador, sino haciendo amistad y comunidad saliendo a la calle, yendo a conciertos, hablando cara a cara con la gente y sin importarle a nadie si tu camiseta era de Obús, Iron Maiden, Rainbow, Rolling Stones, Led Zeppelin o Motörhead. Si estaba allí, era un colega que disfrutaba del mismo rollo que tu y eso ya bastaba para sentirte unido a él. Lástima que eso se haya perdido…

A pesar de la charla que tuve con mi padre cuando llegñue a casa casi a las 7 de la mañana, por el subidón que tuve al disfrutar de aquella noche inolvidable, me pasé el domingo empollando como un cabrón… ¡y saqué en aquel examen de geografia e historia un 8,5!

sábado, 15 de octubre de 2011

GRANDES CONCIERTOS DE LA HISTORIA DEL ROCK ESPAÑOL (II): TOPO, PRESENTACION 'MAREA NEGRA', PRIMAVERA DE 1983


El legendario cuarteto madrileño había conseguido editar a través de CBS su nuevo disco, ‘Marea Negra’, en el otoño de 1982. El grupo, que había atravesado un largo periodo de inactividad, volvía a la carretera y en la primavera del año siguiente, presentaba este nuevo disco en un concierto que resultó histórico por muchas razones.

En primer lugar, se eligió como local para hacer el concierto el antiguo Cine Ideal de Madrid de la Plaza de Benavente, muy cerca del Rastro y la calle Huertas, que por aquellos años era famoso en todo el territorio nacional por organizar unos célebres maratones de cine de terror de más de 12 horas, y en los que se montaban concursos alucinantes con preguntas tipo: “¿cuantos muertos por degollamiento hay en total en la proyección de las películas Viernes 13, Aquella Casa Al Lado del Cementerio y La Matanza De Texas?” y que era muy frecuentado por toda la peña heavy del foro. Topo quisieron convertir en el concierto en una verdadera fiesta de rock español y en una irrepetible jam-session, ademmás de tocar íntegramente aquel gran disco y varios de sus temas pertenecientes a los Lp’s grabados con Chapa, Julio Castejón, guitarra de Asfalto, subió al escenario con ellos a tocar “Días De Escuela”, un recuerdo emocionante a la primera formación de Asfalto en la que junto a Julio estuvieron José Luis y Lele.

José Carlos Molina tocó la flauta con ellos en “Qué Es Esta Vida”, Rosendo, aún como guitarrista y cantante de Leño en aquella época, también se unió a la fiesta tocando con ellos “Trae a Casa Tu Amor” y finalmente, el guitarrista de Miguel Ríos Paco Palacios, que se hizo junto a Topo “Guerra Fría” y “Marea Negra”.

Paco Palacios había colaborado en la grabación del disco y su intervención en el concierto vino a paliar la ausencia de Miguel Ríos -productor junto a Carlos Narea del álbum-, de quien se había rumoreado insistentemente que tocaría en el concierto, aunque al final no fue así. En el final, con el mítico “Mis Amigos Donde Estarán”, Tony De Juan, ex-guitarrista de Ñu y de Coz y Miguel Oñate, cantante de Asfalto, le dieron al tema un punto emotivo y entrañable que puso el broche de oro a una actuación memorable de una de las bandas que siempre fue más querida en el rock madrileño: Topo.

miércoles, 5 de octubre de 2011

LAS GRANDES DESCARGAS EN VIVO DE LA HISTORIA DEL ROCK ESPAÑOL (I): OBUS

Al igual que cuando se hace referencia a la historia del rock a nivel internacional, nombres como los de Monterrey, Woodstock o Wight resultan asolutamente emblemáticos y nos traen a la memoria historias de conciertos memorables, en nuestro rock los nombres de Canet, Mazarrock o Burgos son su equivalente más claro. En el rock español de los 80 hubo jornadas históricas, con descargas brutales de nuestras bandas más míticas que en nuestra Comuna recordaremos a partir de ahora. Conciertos que emocionará volver a recordar a quienes los vivieron y que darán a conocer una parte vital de nuestra historia a la gente más joven.

El primer gran concierto del rock español, más en concreto del Heavy Metal español fue la apoteósica presentación del primer disco de Obús, ‘Prepárate’ en en un local hoy ya desaparecido, pero que a lo largo de la década de los 70 y los 80 albergó muchos de los más inolvidables conciertos de la historia del Heavy Metal en España en aquellos años, el Pabellón de Deportes de la Ciudad Deportiva del Real Madrid, El Pabellón a secas, como todo el mundo le llamaba: Saxon, Iron Maiden, Scorpions, Judas Priest, Motörhead, Rainbow, UFO, Jethro Tull, Uriah Heep, Kiss… todos los grandes del rock de la época hicieron sus primeras actuaciones en la capital del estado español en aquel recinto situado al norte de Madrid, cerca del Barrio del Pilar. Uno de los que más se recuerda fue el de AC/DC, en su primera actuación en la capital en la primera gira que hicieron con Brian Johnson, y que fue un llenazo espectacular

¿Era posible que un grupo que si bien había ganado el Trofeo Rock Villa de Madrid, no parecía ser conocido a niveles masivos todavía pudiera llenar hasta arriba el mítico Pabellon? Pues se demostró que sí, y ese grupo, Obús, reventó el Pabellon agotando el papel exactamente igual que diez meses antes habían hecho AC/DC.

Obús, que en se momento era el grupo que más fielmente había hecho suya la estética, el concepto de espectáculo en la puesta en escena, e incluso el sonido de lo que era en ese momento la New Wave Of British Heavy Metal, se presentó en Madrid con un show que resultó revolucionario por como era perfectamente equiparable a lo que estaban presentando en Europa y Estados Unidos todas las demás grandes bandas internacionales. Todos ellos, Fortu, Paco, Juan Luis y Fernando eran ya músicos curtidos en muchas batallas, se les veía las tablas de los que se habían dejado muchas veces la piel encima de un escenario y supieron conquistar a un público que en ese momento había abrazado el Heavy Metal como un nuevo lenguaje, una nueva cultura que harían suya y en la que Obús, cantando en su propio idioma, con el espíritu de rock de barrio, de rock de clase obrera tan cercana a toda la gente del Heavy Metal en aquellos años, no tardaron en convertirse en líderes totales.

Volúmen atronador, sonido aplastante, una voz cuya energía parecía salir de lo más profundo del infierno, y temas que todos los que participábamos de aquella ceremonia, iniciática en muchos casos –para mi lo fue: fue el primer concierto que vi de un grupo de heavy español tras haber visto ya a AC/DC en ese mismo pabellón, y me enganché a ellos desde ese dia- coreábamos dejándonos la garganta en carne viva: Desde “Solo Lo Hago En Mi Moto” a “Prepárate” pasando por “Pesadilla Nuclear” o “La Escalera”, aquel concierto de Obús fue la primera gran demostración de cómo el Heavy Metal iba a ser un fenómeno de una trascendencia inmensa dentro del rock en nuestro país y de cómo los grupos españoles en general y Obús en particular, iban a ser protagonistas muy específicos de aquella etapa.

Dentro de muy poco se cumplirán 30 años de aquella legendaria actuación de Obús, y para celebrarlo, el 5 de noviembre Obús vuelven a Madrid a hacer un gigantesco macro-concierto en la Sala La Riviera en el cual grabarán un disco y un DVD en directo. Volveremos a estar allí, y después de haber visto al grupo en numerosas ocasiones durante estos últimos años, puedo asegurar que esa volverá a ser una noche histórica, con Obús haciendo estalllar Madrid y demostrando que siguen siendo la gran banda del Heavy Metal estatal.