sábado, 24 de diciembre de 2011

CUENTO ROCKERO DE NAVIDAD: HONKY TONK WOMAN Y UNA NOCHEBUENA STONE

Para muchos, estos días son los del 25 de diciembre fun, fun, fun, o los del Feliz Navidad de Boney M – ja, ja…¿os acordáis de los Boney M, en TVE en el “Apaluso” del Fradejas y la Silvia Tortosa, con aquellos trajes de lentejuelas y la pandilla de pringadillos haciendo como que bailaban como si estuvieran en una discoteca…?- o los del Hacia Belén Va Una Burra... (cargada de chocolate)…

Si, es inevitable. Es la “feliz falsedad” de la que hablaban Soziedad Alkóholica. Días que tienen un sentido espiritual y de celebración –que respeto, por supuesto- para los creyentes, y de espuma pseudofeliz y consumista para el resto, yo entre ellos. No soy creyente y yo personalmente no celebro nada estos días, excepto el disfrutar de algo de descanso y la llegada del solsticio de invierno, que implica para mi que los días vuelven a empezar a ser más largos, y ello me estimula mucho… ahora bien, aunque por todo esto nunca he sido especialmente propenso a celebrar las navidades, guardo un recuerdo muy especial de una nochebuena. La nochebuena de 1981, una nochebuena Stone. Puramente Stone.

Una nochebuena a la que esta íntimamente unida una canción: “Honky Tonk Woman”.

La historia comenzó –quienes me conocéis ya lo sabeis- muchos años antes, pero a comienzos del otoño de 1981, recién vuelto de vacaciones, cuando aún nos quedaban ronchas de moreno playero típico de vacaciones de agosto, desde que llegaron a revistas como Popular 1, Rock Espezial –que publicó su número 1 en septiembre de 1981- o incluso a las columnas de la prensa generalista –El País, Diario 16 o Ya- las primeras crónicas de la gran gira americana de presentación de Tattoo You de los Rolling Stones, y los incesantes rumores acerca de que esa misma gira llegaría a Europa en el año siguiente, todo, absolutamente todo giraba para mí alrededor de los Stones.

Pinchamos incesantemente en nuestros rudimentarios tocadiscos –yo en concreto, tenía un Philips monoaural de casa de mis abuelos que llevaba el altavoz incorporado al estuche- de aquella época hasta rayarlo aquel Tattoo You que se había puesto a la venta coincidiendo con el final de aquel verano de la neumonía tóxica y la resaca de la intentona golpista del 23-F, así como el Exile On Main Street, el Begars Banquet, el Sticky Fingers o el It`s Only Rock´n´Roll, devorábamos cada “Musical Express” de los domingos en la Segunda Cadena de TVE esperando que Angel Casas comentase en aquel programa algo relacionado con esa gira europea y los posibles conciertos en España, o grabando, cuando caía, algun video-clip como el de “Hang Fire”, “Waiting On A Friend” o “Start Me Up”, y cada noche entre semana, como si de un ritual se tratase, escuchábamos ansiosos aquellas emisiones de esa primigenia radio en FM de la que ya os he hablado en programas como el “Mariscal Romero Show”, la “Emisión Pirata” o “El Búho Musical” noticias de esos esperados conciertos en España, o simplemente, canciones.

Y en estas, entre examen de ciencias naturales que va y examen de historia de 1ºdel antiguo B.U.P. que viene, llegó la navidad. Y aquella nochebuena, en la clásica cena con la familia, para sorpresa mía, mi padre apareció con un regalo para mí cuidadosamente envuelto en aquel típico papel verde de los envoltorios de “El Corte Inglés”. Era un doble disco llamado 30 Greatest Hits de los Rolling Stones, que evidentemente había comprado para mí por consejo de mi hermano (gracias, Javier).

Mi padre, que no sabía absolutamente nada acerca del rock, e inclusive veía mi afición a esta música con gran preocupación, porque pensaba que tras el rock se escondía un imaginario mundo de drogadicción y depravación casi diabólico -no os sorprendáis tanto algunos… en 1981, mucha gente de las generaciones que habían crecido bajo las tinieblas del franquismo, pensaban que la música de los melenudos era demoniaca o terrorista- aún con todas esas ideas equivocadas, no podía sustraerse a dejar que pasase inadvertida mi pasión por el grupo de Mick Jagger y Keith Richards.

Y a pesar de todo, y por primera y única vez en su vida, me regaló un disco de los Rolling Stones. En la nochebuena de 1981.

Aquel 30 Greatest Hits era un doble recopilatorio muy especial: era una edición puesta a la venta exclusivamente para el mercado español, en la cual solo se incluían temas de la época Decca de los Stones, tales como “Paint It Black”, “Let´s Spend The Night Together”, “Satisfaction”, “Get Off My Cloud”, “Sympathy For The Devil”, “She´s A Rainbow”, “Mother´s Little Helper”…y dos temas de Sticky Fingers (?) como “Brown Sugar” y “Wild Horses”. Y evidentemente, “Honky Tonk Woman”. Yo creo que Mick Jagger ni siquiera se enteró de la edición en España de este recopilatorio… sinó, menuda la que hubiera armado.

Todavía puedo recordar a la perfección aquella gélida nochebuena, -si no recuerdo mal, de madrugada llegó a nevar, aunque casi no cuajó- en la que entre el pavo, el cava y los turrones, sonó de fondo “Honky Tonk Woman”. Yo aún no la tenía en ninguno de los Lp´s de los Stones con los quye había podido hacerme hasta ese momento, tan solo en una colección de singles, y esa noche, la escuché y la disfruté con locura. Puse aquel disco que me habían regalado una y otra vez después de la cena, hasta que, ya bien entrada la madrugada, mi pobre padre se fue a la cama pidiéndome que no lo pusiera muy alto, con una mirada en la que se podía entrever que para sus adentros pensaba “Dios mío… ¡qué he hecho regalándole este disco!”

No sé porque razón, pero aquella noche entre “Honky Tonk Woman” y quien suscribe estas líneas, se estableció una especie de cordón umbilical. Cuando se la ví y se la escuché a los Stones en los conciertos del Vicente Calderón de 1982, en seguida me acordé de aquella nochebuena… porque tal y como todos esperábamos, después de aquellas navidades, hacia finales de febrero o marzo de 1982, ya se anunció que los Rolling Stones actuarían en España. Y ahí, como ya he contado otras veces, empezó otra historia…

Viejo, querido viejo, estés donde estés, efectivamente no sabes la que liaste aquella nochebuena del 81. Y esta nochebuena, por supuesto escuchando “Honky Tonk Woman”, brindaré por ti. Y esperaré que como pasó en el 81-82, muy pronto pueda publicar o comunicar en la radio que los Rolling Stones vuelven a estar de gira, y que una vez más volveré a disfrutar y a vivir la sobredosis de adrenalina, rock´n´roll, sentimientos, recuerdos, amistades, complicidades y emociones que como siempre digo, solo se sienten, solo pueden sentirse cuando aparece en el escenario Keith Richards, con el cigarrillo pegado a sus labios, pega una patada al aire y golpea en su telecaster el riff de “Start Me Up”, “Jumpin´Jack Flash” o “Brown Sugar”.

Y brindaré por todos los stonianos, y por los Stones… y sobre todo, por mi stoniana favorita (la Jaumot)

Keep On Rockin’

sábado, 10 de diciembre de 2011

UNA MIRADA ACONVENCIONAL AL CINE DE LOS AÑOS 70: KEN RUSSELL


El pasado 27 de noviembre falleció en su Hampshire natal, en Inglaterra, el director de cine Ken Russell, un cineasta que se caracterizó siempre por su espíritu transgresor, aconvencional, rupturista, algo que le hizo ganarse la admiración en general del público de gustos más heterodoxos como contrapartida a la profunda animadversión que su visión del cine despertó en la crítica de cine especializada.

Aunque siempre me gusta ver una película con un cierto espíritu crítico –crítico en el sentido de analizar la película, desmenuzarla, buscar en ella referencias, imágenes o frases que me lleven a descubrir las influencias de su director o su guionista, no en el sentido de señalar sus defectos o imperfecciones a priori- en este comentario no me voy a poner en el papel de crítico de cine. Técnicamente hablando, hay gente mucho más preparada que yo en esa materia, y por tanto, lo que quiero compartir con vosotros es mi visión de Ken Russell a la luz de su obra, que tiene mucho que ver con la música –tanto la música clásica como el rock- y con una forma de hacer películas que con independencia de que fuera más afortunada en unos casos que en otros, fue siempre original y personalísima.

Comenzó su carrera en el mundo de la imagen como fotógrafo de documentales en los años 50 al lado de muchas de las personalidades del fenómeno del Free Cinema inglés –Tony Richardson, Richard Lester, Lindsay Anderson- , lo que le llevó a trabajar en la BBC, donde ya en los años 60 se consolidó tanto en su faceta de director de documentales como de producciones para televisión. Ya desde esta primera etapa encontró en la música la principal fuente de inspiración para sus ideas cinematográficas, realizando en 1965 la controvetida The Debussy Film –película onírica, surrealista y contracultural, en cuya escena inicial aparece una mujer a la que se acribilla a flechazos, una intencionada referencia a la obra musical El Martirio de San Sebastian de Claude Debussy- para seguir con Isadora Duncan, the Biggest Dancer in the World, realizada en 1967, y en esa misma línea innovadora y rupturista con los arquetipos tradicionales, la polémica La Danza de los Siete Velos, que él mismo definió como “un cómic en imágenes sobre los siete episodios clave en la vida de Richard Strauss” y cuya exhibición en los cines provocó en 1970 una sesión de preguntas en el Parlamento británico, así como la indignación de los familiares del compositor, quienes lograron la retirada y la prohibición de la exhibición de la película en toda Europa, prohibición que actualmente sigue en pie so pretexto de que en la película existía –muy veladamente- una vinculación de la obra de Strauss con el nazismo.

En la década de los 60, además de sus iconoclastas biografías sobre compositores, destacó su docudrama de 1962 Pop Goes The Easel, una personalísima panorámica acerca del Pop Art, realizada con un estilo narrativo y cinematográfico absolutamente revolucionario, cuya influencia reconoció abiertamente Stanley Kubrick en La Naranja Mecánica. Sin olvidar, por supuesto, Un Cerebro de Un Billón de Dólares de 1967, una singular y sorprendente adaptación de un best-seller del escritor Len Deighton sobre el mundo del espionaje inglés en la guerra fría y Mujeres Enamoradas, película por la cual Glenda Jackson logró el Oscar de 1970 a la mejor actriz protagonista y en la que Russell rompió con uno de los tabúes hasta este momento intocables en el cine: la exhibición de un desnudo masculino total.

En los 70 Ken Russell se consagra como director de éxito multitudinario al tiempo que polémico y para las mentalidades más conservadoras, escandaloso y provocador: En 1970 logra otro éxito sin precedentes con The Music Lovers, una revolucionaria biopic sobre el compositor homosexual Tchaikowski, y un año más tarde, The Devils, otra controvertida película que escandalizó a la jerarquía católica por su visión de la iglesia como un estado en el que predomina la corrupción, y que por desgracia, por las presiones de los sectores religiosos y ultraconservadores, nunca ha sido exhibida ni en América ni en Europa con su metraje original. Menos problemas en este sentido tuvo su excepcional Mahler, biopic sobre el conocido músico, que en muchos aspectos ya prepara el camino a Tommy y que es una sorprendente manera de fusionar música e imágenes construyendo una narración llena de contrastes y de originalidad.

Pero su éxito mayor llega de la mano de Tommy, su adaptación al cine de la genial Opera Rock creada en 1969 por los Who, cuyo cantante Roger Daltrey asume el rol protagonista junto a actores como Oliver Reed, Ann Margret, Paul Nicholas o Jack Nicholson y con la participación de músicos como el propio batería de los Who Keith Moon o de Eric Clapton, Tina Turner o Elton John. Nominada a los Oscars en el apartado de mejor banda sonora y mejor actriz –Ann Margret- logró un éxito de taquilla espectacular en todo el mundo, especialmente en Estados Unidos a lo largo de todo el año 1975.

Película intencionadamente alejada del planteamiento del Tommy original de 1969 –por expreso deseo de Pete Townshend, quien precisamente eligió a Ken Russell para hacer la versión cinematográfica de Tommy con la idea de que éste le diera una orientación diferente, que ayudase al propio Townshend a liberarse del peso que Tommy se había convertido en su carrera-, y a pesar de que fue uno de los iconos de mi adolescencia, entiendo que vista con la perspectiva de hoy, tiene momentos realmente kitsch, y su estética, muy propia de aquel colorido histriónico de los 70, la haya hecho envejecer mal. Aún así, siempre destacaré del Tommy de Ken Russell su espíritu vanguardista –entendido con la mentalidad del momento- y algunas secuencias para mi memorables, tales como la onírica ceremonia en la Iglesia en la que Eric Clapton, sumo sacerdote del culto a Marilyn Monroe, trata de curarle de su bloqueo en una suerte de misa orgiástica con drogas y alcohol, la psicodélica escena con la Reina Del Acido, el trágico final con Tommy escalando la montaña, huyendo de si mismo y sobre todo, las animaciones de “Amazing Journey”. Estoy convencido que las animaciones de Gerald Scarfe y Alan Parker de las secuencias de The Wall cuando muestran las escenas de guerra y los aviones de bombardeo como crucifijos, están inspiradas directa o indirectamente en la secuencia de “Amazing Journey”.

El cantante de los Who Roger Daltrey también protagonizó ese mismo año Lisztomania, película denostada –injustamente- por la crítica en la que Russell aborda la vida del compositor Franz Liszt en contraposición con Wagner, a quien Russell retrata como un precursor del nazismo y al que caracteriza como un vampiro. Lisztomania fue un ejercicio de subversión de estilos, de transgresión narrativa y de imaginación desbordante, delirante, que a pesar de ser incomprendida por la crítica, me parece una película original, divertida, con un aire rockero innegable y en cuya banda sonora hizo un trabajo de una calidad extraordinaria un verdadero mito del rock progresivo: Rick Wakeman, teclista de Yes. En otro paso adelante dentro de la innovación técnica que aportó en esta década el cine de Ken Russell, tanto Tommy como Lisztomania fueron las primeras películas que se proyectaron en cines con pistas de audio codificadas en Dolby para escuchar mejor tanto la banda sonora como la música incidental.

En los 80, aunque la estrella de Russell empezó a declinar, en la que fue su última producción en Estados Unidos, La Pasión de China Blue (1985), volvería a dejar buena cuenta de su original forma de retratar personajes atormentados y de entremezclar sexo, religión, tabúes… impagables las interpretaciones en esta película, que espero algún día la crítica de cine entienda y aprecie en su justa medida, del falso predicador Anthony Perkins –imposible no recordar su papel de Norman Bates en Psicosis- y de Kathleen Turner, la prostituta que lleva una enigmática doble vida. Bajo mi punto de vista, Gothic, de 1986 –una visión surrealista y crispada de Lord Byron- sería su última gran obra para la gran pantalla.

Como en el caso de otros muchos directores, el establecimiento del cine como una macroindustria comercial basada en la obtención del beneficio máximo en tiempo record y con el mínimo riesgo, hizo virtualmente imposible que el tipo de cine a contracorriente que Ken Russell hacía tuviera la más mínima viabilidad comercial en América a partir de los 90. Diversificaría entonces su trabajo en otras áreas de la imagen –dirigió, por ejemplo, el famoso video-clip “Nikita” de Elton John- y volvió a centrarse en hacer producciones para la televisión.

Su cine, o por lo menos su cine de mayor éxito, el que dejára una huella más o menos profunda en generaciones posteriores pertenece a los años 60 y 70, años cuyo arquetipo estético y visual hoy es muy difícil de entender si no se han vivido, aunque sea tangenciamente, motivo por el cual gran parte de sus películas acusan fuertemente el paso del tiempo. Las generaciones que han crecido con otra concepción del cine tan radicalmente opuesta a la que Ken Russell podía representar, en modo alguno se sienten identificadas con sus historias. Pero volver a verlas es siempre un ejercicio de reencuentro y de apreciación de un tipo de lenguaje cinematográfico, de visión del cine, de un estilo sumamente personal propio como muy pocos de una época muy determinada, la última época en la que se pudo hacer, con éxito, repercusión y apoyo de la industria, cine experimental, cine que rompía con los esquemas tradicionales y que tanto formalmente como en todos los demás aspectos, proponía otras alternativas, otra forma de contar historias.

Ken Russell fue uno de los últimos supervivientes de aquella época del cine, hoy desterrada por el 3-D, los ordenadores, los constantes remakes como fórmula rutinaria de hacer dinero rápido y los técnicos de marketing ocupando el papel de los guionistas. Pero al menos, nos quedan sus películas en DVD y en algún que otro ciclo especial en la Filmoteca.

domingo, 4 de diciembre de 2011

¿UN POCO DE POESIA? LAS MEDIAS BLANCAS, DE ISLA CORREYERO


Isla Correyero fue una presencia mágica, misteriosa y señorial, a un tiempo que seductora y sorprendente en unas reuniones que allá por los últimos años de la década de los 80, mantuve con un grupo de poetas - o más bien, de aspirantes a- y que como bien decía una amiga mía a la que por cierto, le inspiró un poema casi lésbico- tal era la fascinación que su verbo, su mirada y sus versos causaban en nosotros- presidía desde su suprema estancia de poetisa juegos malabares de palabras, sensaciones, recuerdos y -en mi caso- generosas copas de coñac o dobles de whisky.

Era -y apuesto q que lo sigue siendo- suave, sugerente y sexual. Pero siempre tuve la sensación de que Isla Correyero era un tesoro sin abrir, y un universo poético cuya lectura solo podía estar reservada a quienes ansiaran vivir una experiencia iniciática. Siempre sospeché de ella que ocultaba tras sus ojos rasgados y su elegancia nada afectada, secretos que se adivinaban al calor de su discreto aire de mujer fatal.

Todas mis sospechas y ensoñaciones sobre ella encuentran respuesta en sus maravillosos poemas, que no me canso de leer, y en este caso, de compartir con todos vosotros. Por favor, apagad el móvil, cerrad la puerta, acomodáos y disfrutad de estos versos.

LAS MEDIAS BLANCAS

Tengo unas medias blancas de encaje que me pongo
cuando me visto el traje negro de los recuerdos.
Son unas medias finas, hambrientas de fantasmas
que hacen juego con pájaros interiores, oscuros.

Las piernas, penetradas por estas bocas blancas,
levemente se abren con signos vegetales.
Los hilos amanecen mi piel,
brotan, perdiéndose,
entre los elevados pensamientos más íntimos.

En derredor: imágenes de ocupación pelviana,
soberbias latitudes desde el puente atestiguan
la entraña y las enaguas levantadas al vuelo.

¡Qué holgada está la tela de la falda de flores,
la rodilla suavísima con olor a naranjas!

Por los muslos se agrandan los dibujos henchidos,
son copos invisibles calcinando altas cumbres.
Me infunden sobresaltos, me clavan dulces flechas,
tan finas son las mallas que saltan los engarces
y hasta el ocre desierto los poros me rezuman
feroces destinos, presagios entreabiertos.

Siento flores y manos crecer entre las piernas
y más arriba el musgo
tapando el azulón vellón de la albufera.

No podía ponerme estas medias sabiendo
la gracia que se esconde, generosa en tu boca.
Espomosas persisten, sin causa me rodean,
temibles de tu roce, sin fatiga,
explorando.

sábado, 19 de noviembre de 2011

LOS GRANDES BOOTLEGS DE LOS ROLLING STONES: BRUSSELS AFFAIRE’73


Según se ha sabido a través de www.keithrichards.com - ¡gracias por el soplo, Mariscal! - los Stones, en esta fiebre que les ha entrado de reeditar en nuevas versiones revisadas y ampliadas su discografia oficial, están haciendo lo propio con parte del abundantísimo material pirata que existe de ellos, tanto en forma de conciertos grabados en directo como de los llamados discos de “outtakes”, es decir, de canciones grabadas para determinados discos que finalmente no entraron y que han quedado inéditas . Lo mismo que han hecho a otro nivel Bob Dylan, Pearl Jam o Bruce Springsteen, ahora lo hacen los Stones, y desde luego para empezar, no podían haber elegido mejor pieza: Nada menos que uno de los conciertos más unánimemente aclamados de aquella gira europea de septiembre-octubre de 1973, en la que presentaban en directo su nuevo disco de aquella época, Goats Head Soup, cuyo single “Angie” fue el primer nº1 de ventas de los Rolling Stones en España. El inolvidable show del Forum National de Bruselas, Bélgica, celebrado el 17 de octubre de 1973.

Es como si me hubieran ldo el pensamiento: junto a Philadelphia Special‘72, Aux Les Abbatoirs París’ 76 y Madrid’82, es de mispiratas en vivo favoritos de los Stones, y contiene la versión en vivo de mi “Midnight Rambler” más brutal que les he escuchado jamás. ¡Dinamita Pura!

Este disco ha sido tradicionalmente conocido por varios nombres: Brussels Affaire’ 73, Live In Brussels’ 73, o sobre todo, Bedspring Symphony, que de hecho fue la primera grabación de este concierto que yo pude comprar allá por 1981 en la legendaria tienda Discos Melocotón de la calle Toledo en Madrid, muy cerca del Rastro.

Luego os aclararé algunos detalles de las diversas versiones y denominaciones que se contienen en este singular pirata. Primero, creo que cabe explicar algo acerca de cómo fue aquella gira del 73, que comenzó el 1 de septiembre en el Stadhalle de Viena, Austria, y terminó el 19 de octubre en el Deutchsland Halle de Berlín Occidental tras haber recorrido Austria, Alemania, Inglaterra, Escocia, Suiza, Dinamarca, Suecia, Holanda y Bélgica. El personal de gira que tocaba cada noche con los Stones, además de Mick, Keith, Taylor, Bill y Charlie, se componía de Nicky Hopkins e Ian Stewart en los teclados, y Jim Price, Trevor Lawrence y Bobby Keys en la sección de viento.

Los teloneros de la gira eran Kracker, un grupo de funk-rock norteamericano al estilo Santana en el que había algunos músicos de Florida cubano-americanos producidos por Jimmy Miller, el mismo productor de los Stones y Billy Preston, que formaría parte de la propia banda de los Stones en directo en 1975 y 1976, y que ya en esta misma gira intervino en algunas actuaciones del grupo como invitado.

Esta gira europea se hacía con los ecos en toda Europa de lo que había sido el legendario Stones Touring Party del verano de 1972 en Estados Unidos, y aunque aún no existía Internet, ni facebook, ni esas redes sociales que hoy transmiten las noticias en cuestión de segundos, se sabía del inmenso éxito que los Stones habían logrado en América y del mito que se había creado en torno a aquel monumental tour. Por tanto, ellos eran conscientes de que en Europa, y muy especialmente en Inglaterra, había que mantener el soberbio nivel del tour del 72, y aun contando con el hecho de que Keith Richards y Bobby Keys pasaban un periodo crítico en su adicción a la heroína, los Stones se aplicaron a ello, y cuando se escuchan las grabaciones piratas de esta gira –además de Bruselas, tengo las grabaciones de los conciertos de Manchester y Rotterdam, y os asguro que se escucha, se siente, SE VIVE Y SE RESPIRA a unos Stones en esos conciertos demoledores, tremendos, inmensos- se nota que cada noche se dejaban la piel en escena.

Los shows del Forum National de Bruselas –porque fueron dos, uno de tarde y otro de noche, como hacían en sus primeras giras por Inglaterra a comienzos de los 60- era especialmente emotivos para el grupo por varias razones, pero por una quizá muy especial: Aquella gira europea fue la única en toda su historia en la que no hicieron ningún concierto en Francia debido a los problemas legales que Keith tenía con la justicia francesa derivados del registro de su casa de Nellcotte y las detenciones que los Stones sufrieron acusado de posesión de drogas a finales del 72 en suelo francés, de manera que para los conciertos de Bruselas, se fletaron varios autobuses desde París y se reservó un cierto número de entradas solo para los fans franceses que viajaron hasta Bruselas para poder ver al grupo allí. El grupo, consciente de ello, hizo un show en todos los sentidos espectacular, que siempre se ha recordado, sobre todo en el caso del primer concierto, el de la sesión de tarde, como la actuación más apoteósica de los Stones de aquella gira europea.

Este fue el tracklisting de la actuación, y el que se recoge en Brussels Affaire’73.

1. Brown Sugar (w/Introduction) 3:56

2. Gimme Shelter 5:33

3. Happy 3:14

4. Tumbling Dice 5:04

5. Star Star 4:16

6. Dancing With Mr. D 4:38

7. Heartbreaker 5:03

8. Angie 5:15

9. You Can't Always Get What You Want 11:01

10. Midnight Rambler 12:53

11. Honky Tonk Women 3:12

12. All Down The Line 4:21

13. Rip This Joint 2:25

14. Jumping Jack Flash 3:27

15. Street Fighting Man 5:15

Acerca de otras versiones que existen de la grabación de estos shows, Bedspring Symphony contiene en la primera edición de vinilo, que es la que yo adquirí el concierto de Brussels Affaire’73, -aunque las versiones de “Tumbling Dice” y “You Can´t Always Get What You Want” están cortadas- aunque en ediciones posteriores, así como en las sucesivas ediciones de viinilo, se incluyen temas extraídos de los conciertos de Rotterdam, Newcastle y de la segunda noche del Empire Pool de Wembley, Londres el 9 de septiembre, la actuación que fue retransmitida por radio para la King Biscuit Flower Hour.

Por su parte, Live In Brussels 1973 es exactamente el mismo disco que Brussels Affaire’73 –una maniobra de despiste a la que jugaban a menudo los fabricantes de los discos piratas- y fragmentos de las grabaciones del primer show de Bruselas 73 se pueden escuchar también en otros piratas que mezclan varias actuaciones del 73, como Back To The Graveyard o Bedspring Symphony Revisited –este último un bootleg más que recomendable- , aunque eso sí… la fiereza, la potencia y la garra rockera, sucia, guitarrera, genuinamente Stone de las versiones incluídas en esos discos de “Midnight Rambler” y “All Down The Line” son de Bruselas, y se reconocen al primer guitarrazo de Keith y al primer redoble de Charlie…

Vuelvo a insistir en un dato: A aquellos seguidores de los Stones a los que os guste “Midnight Rambler”, y como es mi caso, la tengáis entre vuestras favoritas, os digo de verdad una cosa: Creo tener una buena selección de versiones en vivo de ese clasicazo de los Stones, de diferentes épocas y diferentes giras, y NINGUNA tiene la fuerza rockera, NINGUNA tiene la inspiración satánica/celestial de un Mick Taylor irrepetible, NINGUNA saca de las tripas de de Mick Jagger esa crudeza blues al cantar, NINGUNA tiene a un Charlie tocando con una potencia, un ritmo y una velocidad que deja enano a cualquier batería de Heavy Metal…NINGUNA versión en vivo de “Midnight Rambler” es tan genial como la de Bruselas’73. Solo por eso, ya merece la pena hacerse con este “bootleg oficial”.

Ojalá que lo disfrutéis, y ojalá que pronto se auncie la gira y… bueno, paro ya. ¡Que grandes son!

Los Stones, siempre los Stones…

lunes, 7 de noviembre de 2011

SU TA GAR EN MADRID: ESKERRIK ASKO!


Diez años después, tras toda esa muralla de mentiras, cazas de brujas, intoxicación mediática y ataques rabiosos de las cavernas mediáticas, que nunca lograron vencer el ánimo y la solidaridad de los que siempre creímos en Su Ta Gar, en su ejemplo de honestidad, de compromiso, de lealtad a sus seguidores, de coherencia con sus ideas y sobre todo, en su profesionalidad y en su entrega como grupo encima de un escenario, pudimos vivir en la noche del pasado viernes 4 de noviembre una nocherealmente fabulosa. Derribado ese muro de mentiras, de demagogias y de falsedades, Su Ta Gar volvieron a tocar en Madrid ante el calor, el apoyo y el afecto de quienes -yo entre ellos, lo digo sin reserva alguna- somos sus fans y deseábamos volver a disfrutar en esta villa capitalina de sus espectaculares conciertos.

Como periodista, quizá debiera en este artículo ejercer de tal, y hablar de lo que fue el concierto a nivel técnico, cuanta gente entró, como estuvo el grupo en lo que se refiere a la fuerza con la que tocaron sus temas, en otras palabras, lo que debe ser una crítica periodística. Pues perdonadme, pero hoy no lo voy a hacer. Lo que quiero en estas líneas, antes que redactar una crónica -hay compañeros ya encargados de eso- es transmitiros otra sensación, mucho más subjetiva si quereis, lo reconozco, pero profunda y radicalmente sincera. Lo que quiero en estas líneas, en la medida de lo posible, es transmitiros la sensación de energía, de intensidad, de potencia que mis amigos eibartxarras nos dispararon desde arriba del escenario, y como disfrutamos de la fuerza de su actuación, que fue descomunal. A nadie que le guste el auténtico Heavy Metal en vivo,
debe perderse nunca una descarga de Su Ta Gar.
Vi el concierto desde muy cerca del escenario, y puedo aseguraros que se podía ver en sus caras la satisfacción que también suponía para ellos que en Madrid se les recibiera con ese afecto y ese entusiasmo, impresión que corroboré cuando después del concierto, tuve oportunidad de charlar con ellos. Especialmente emotivo recordaré siempre el momento en el que Aitor hizo mención a la situación en la que vivimos hoy, en el que se ha abierto por fin un camino para la paz en Euskalherría, y como ello les llenaba de esperanza y optimismo a ellos como vascos nacionalistas de izquierda, esperanza que comparto plenamente con ellos.

Un experiencia sensacional, un reencuentro por fin en mi ciudad con unos amigos entrañables, unos músicos a los que que admiro tanto por su dureza, su contundencia y su brutalidad en directo como por su personalidad y su actitud en este venenoso mundo del rock business y que me ha dejado con un monazo tremendo de volverles a ver...

Jo Ta Ke, Irábazi Arté!!

lunes, 31 de octubre de 2011

CLASICOS DE ORO CONTEMPORANEOS: BECK,BOGERT & APPICE (1973)



Con motivo de la reciente actuación en Madrid de Vargas, Appice y Shortino, he sacado de las estanterías más altas algunos de esos viejos vinilos de colección para refrescar las versiones originales de las canciones que el grupo iba a tocar en el concierto de la Sala Caracol, y evidentemente, he tenido que irme al disco que en gran medida, es el que inspiró este proyecto de Vargas, Bogert & Appice: el B.B&A de la fabulosa base rítmica de Cactus nada menos que con Jeff Beck.

Tras la edición de dos discos en 1971 y 1972 de una nueva versión del Jeff Beck Group en la que tuvieron más peso músicos procedentes del soul y del jazz que anticipó en cierto modo lo que sería la carrera de Beck en solitario a partir de la edición de Blow By Blow en 1975, y rotos Cactus, la primigenia idea de montar un grupo con los ex – Vanilla Fudge Tim Bogert y Carmine Appice volvió a adquirir sentido y a partir de septiembre de 1972 el trío empezó a ensayar y a preparar lo que sería la grabación de Beck, Bogert & Appice entre diciembre de 1972 y enero de 1973.

El resultado de esta nueva aventura musical fue un discazo sensacional, clásico de clásicos absoluto y en el que el trío se lanza a hacer un Hard Rock denso, duro y cargado de feeling sobre una base blues muy bien estructurada, que ya desde el primer tema “Black Cat Moan” establece con toda claridad los parámetros musicales en los que nos vamos a mover: temas muy fuertes, muy duros, en los que habrá claras reminiscencias blues y más de una concesión a un tipo de rock más experimental, más en consonancia con esa inquietud musical que caracteriza a Jeff Beck y que desarrollará ampliamente en el futuro. Un claro y significativo ejemplo del espíritu musical que informa este disco es “Lady”, un tema en el que conviven a la perfección el afán experimentador del guitarrista y la orientación rock más clásica de Bogert y Appice, con más de un guiño musical muy evidente a Cactus.

Inolvidable la sensacional versión que el grupo hace del “Superstition” de Stevie Wonder, y en donde su instrumentación y su sonoridad lo convierten, de ser un tema de funky/soul en todo un tema de Hard Rock, aunque sin duda, con un groove y un aroma jazz-soul fabuloso coronado por uno de los mejores solos de guitarra de la trayectoria de Jeff Beck en los 70. En un plano más tranquilo, no se debe olvidar la balada “Sweet Sweet Surrender” –muy similar al “I Shall Be Released” de Bob Dylan- y volviendo al más puro Hard Rock, “Why Should I Care”, “Lose Myself With You” y “Livin’ Alone” un rock´n´roll con aire muy clásico, y en donde nuevo, Beck se luce como el inmenso, el gigantesco guitarrista que es.

Un maravilloso disco, una obra que dejó una profundísima huella en el Hard Rock de los 70 y que atesora un verdadero caudal de talento, brillantez y genialidad.

domingo, 23 de octubre de 2011

LAS GRANDES DESCARGAS EN VIVO DE LA HISTORIA DEL ROCK ESPAÑOL (III): FESTIVAL DE ROCK SAN SEBASTIAN DE LOS REYES

Asfalto, Leño, Barón Rojo, sábado 11 de junio de 1983

Un gran concierto, que también ha quedado como uno de los más grandes de nuestra historia por varias circunstancias. Aquella fue la primera actuación importante en el centro de Asfalto con su nuevo cantante, Miguel Oñate, una de las últimas de Leño fuera de aquella gira “Rock De Una Noche De Verano” que hicieron durante aquel verano del 83, y la presentación a grandes niveles de ‘Metalmorfósis’, el nuevo Lp de Barón Rojo que se había puesto a la venta a primeros del mes de mayo.

Personalmente, recuerdo que tuve noticia de aquel festival en el concierto de Saxon celebrado en el Pabellón de Deportes del Real Madrid a través de una octavilla que se repartía a la entrada. Recuerdo también que todavía tenía el susto en el cuerpo después de haber sido testigo de la brutal carga de la policía a caballo, con porrazos, gases lacrimógenos y reparto de hostias –sin consagrar- contra quienes estábamos en la cola del concierto so pretexto de que la cola había invadido la calzada y dificultaba el tráfico. Según la leí, me dije…esto hay que verlo. Y a pesar de que tenía al lunes siguiente un examen final de geografía e historia de 2º del antiguo B.U.P, y tras una acalorada discusión con mi padre, me fui para allá.

Desde hacía muchos meses no había habido en Madrid ni en sus inmediaciones un potente festival de rock como este, y desde la capital hubo una buena cantidad de autobuses que trasladaron a muchos fanáticos heavys hambrientos de una buena descarga, aunque no así a la vuelta, que fue una odisea que ya comentaré al final del artículo. Un total de 15.000 personas llenaron hasta arriba la Plaza de Toros de la localidad madrileña para ver un concierto que sin pretenderlo, acabó siendo histórico por muchaas razones.

El concierto había sido organizado directamente por el ayuntamiento de San Sebastian de Los Reyes, dirigido en 1983 por una coalición PSOE-PCE en la que el concejal de cultura y festejos, un legendario personaje al que en el mundillo del rock se le conocía por su apellido, Matamoros- nunca llegué a saber cual era su nombre de pila- un dirigente local del PCE, como la mayoría de mis camaradas comunistas en aquel momento, era sensible al deseo que se sentía entre la juventud obrera de Madrid en 1983 de ver en sus fiestas populares conciertos de rock, de rock fuerte, duro, como el que esos tres históricos grupos representaban, y por tanto organizó aquel gran festival, insisto, histórico aún a pesar de la precariedad de medios y las deficiencias de las que adoleció . Ahora que lo recuerdo, y sin ninguna intención de caer en nostalgia lacrimógena… joder, que distinto era aquel Madrid y sus pueblos de lo que es ahora…

Volviendo al concierto, se abrió la fiesta con más de una hora de retraso sobre el horario previsto con unos Asfalto inconmensurables, que habían iniciado el camino de la independencia discográfica y aquel concierto era también en cierta manera la presentación de aquel legendario álbum. ‘Mas Que Una Intención’. Me impresionó muchísimo no solo la potencia de voz, sino la presencia, las tablas, y la personalidad de frontman de Miguel Oñate, que le inyectó en aquel momento a Asfalto una fuerza y una energía tremendas, además de una imagen rompedora super impactante- Miguel parecía una versión años 80 de los mejores Robert Plant o Roger Daltrey- y aquellas interpretaciones de “La Paz Es Verde”, “Richie (Estrella del Rock)” o “Tenías Razón” se han quedado en mi memoria como una de las veces en las que más disfruté de aquellos Asfalto, porque además también sabía cantar temas como “Ser Urbano” con una fuerza que te estremecía. Inolvidable. Asfalto estuvieron sensacionales, con un Miguel Oñate que ardía en ganas de demostrar sus poderes como frontman en un momento en el que el grupo había vuelto con un entusiasmo y un rollo frescos, renovados y excelentes.

A la banda de Julio Castejón siguió en el escenario Leño, presentados por Mariano García y por la Abuela Angeles, quienes hicieron otro de sus grandes conciertos, cuando ya circulaban por el ambiente musical madrileño rumores sobre las desavenencias existentes en el seno de la banda y había quien se atrevía a vaticinar su cercana desaparición. A destacar que Leño gozaron de mucho mejor sonido que Asfalto aun dentro de un sonido que en general era una sinfonía de acoples, saturación, etc. tremendos.

Yo había visto a Leño por primera vez un año antes en la presentación de ‘Corre Corre’ en el Pabellon con unos pletóricos Alarma!!! de teloneros –joder, con un Manolo Tena del que siempre dije que era toda una rock star, y así lo demostró después- y me habían fascinado. Aquella vez en SS de los Reyes también me gustaron, pero se notaba que ya no existía la misma química entre ellos. Cuando en octubre anunciaron el final de la banda, por desgracia, no me extrañó. Un mes más tarde les ví con Miguel Ríos en el concierto del Estadio de Vallekas y la sensación fue la misma. Eso sí, a pesar de todo, flipé aquella noche con sus versiones de “Cucarachas” y “Sorprendente”, que les salieron de fábula.

Y como cierre de la fiesta, Barón Rojo en sus buenos tiempos, en sus mejores tiempos rompiendo absolutamente con todo, haciendo estallar en directo temazos como “Tierra De Vándalos”, “El Malo”, “Se Escapa El Tiempo” y todos los que integraban aquella obra maestra llamada ‘Metalmorfósis’, además de unas versiones en directo sensacionales de “Resistiré”, “Larga Vida al Rock´n´Roll” y “Con Botas Sucias” en las que tanto Sherpa como Carlos de Castro se dejaron la garganta en carne viva, al tiempo que Hermes Calabria hizo uno de los solos de batería más demoledores que había visto nunca hasta entonces. ¡Qué grandes eran aquellos Barones!

Por los sucesivos retrasos entre actuación y actuación el concierto termino pasadas las tres y media de la madrugada. Fue materialmente imposible coger el único autobús que salió con dirección Madrid centro al acabar el concierto –una vez más y para variar, la policía disolvió a porrazos la aglomeración que se creó junto a la parada y no nos quedó más remedio que emprender la marcha hacia Madrid caminando por el arcén de la carretera, con la custodia de varias lecheras de la madera vigilando que no fuéramos a cometer ningún acto delictivo en mitad de una carretera despoblada por la que no pasaba ni un coche… aunaque eso sí, si pasaba alguno, se le saludaba al estilo heavy de la época ¡y aceleraba como si hubiera visto al diablo!

Recuerdo también que en esa marea humana que íbamos caminando hacia Madrid, llenos de buen rollo por haber disfrutado de aquel concierto, de vez en cuando alguien te ofrecía una calada de hierba o de chocolate, un trago, una broma, comentarios sobre como había estado cada grupo… más de una vez lo he comentado, en aquellos años, entre la peña de del Heavy en Madrid, y supongo que del mismo modo en otras ciudades, existía un calor humano, una solidaridad, una camaradería, una complicidad que nos hacía sentirnos miembros no de una “tribu urbana”, como se decía en la prensa generalista, sino de una hermandad, una colectividad, una comunidad, incluso una familia. Sin divisiones estúpidas entre “blackmetaleros” y “truemetaleros”, sin guerras infantiles en foros de internet, sin todos los “jevis” engordando el culo pegados al ordenador, sino haciendo amistad y comunidad saliendo a la calle, yendo a conciertos, hablando cara a cara con la gente y sin importarle a nadie si tu camiseta era de Obús, Iron Maiden, Rainbow, Rolling Stones, Led Zeppelin o Motörhead. Si estaba allí, era un colega que disfrutaba del mismo rollo que tu y eso ya bastaba para sentirte unido a él. Lástima que eso se haya perdido…

A pesar de la charla que tuve con mi padre cuando llegñue a casa casi a las 7 de la mañana, por el subidón que tuve al disfrutar de aquella noche inolvidable, me pasé el domingo empollando como un cabrón… ¡y saqué en aquel examen de geografia e historia un 8,5!

sábado, 15 de octubre de 2011

GRANDES CONCIERTOS DE LA HISTORIA DEL ROCK ESPAÑOL (II): TOPO, PRESENTACION 'MAREA NEGRA', PRIMAVERA DE 1983


El legendario cuarteto madrileño había conseguido editar a través de CBS su nuevo disco, ‘Marea Negra’, en el otoño de 1982. El grupo, que había atravesado un largo periodo de inactividad, volvía a la carretera y en la primavera del año siguiente, presentaba este nuevo disco en un concierto que resultó histórico por muchas razones.

En primer lugar, se eligió como local para hacer el concierto el antiguo Cine Ideal de Madrid de la Plaza de Benavente, muy cerca del Rastro y la calle Huertas, que por aquellos años era famoso en todo el territorio nacional por organizar unos célebres maratones de cine de terror de más de 12 horas, y en los que se montaban concursos alucinantes con preguntas tipo: “¿cuantos muertos por degollamiento hay en total en la proyección de las películas Viernes 13, Aquella Casa Al Lado del Cementerio y La Matanza De Texas?” y que era muy frecuentado por toda la peña heavy del foro. Topo quisieron convertir en el concierto en una verdadera fiesta de rock español y en una irrepetible jam-session, ademmás de tocar íntegramente aquel gran disco y varios de sus temas pertenecientes a los Lp’s grabados con Chapa, Julio Castejón, guitarra de Asfalto, subió al escenario con ellos a tocar “Días De Escuela”, un recuerdo emocionante a la primera formación de Asfalto en la que junto a Julio estuvieron José Luis y Lele.

José Carlos Molina tocó la flauta con ellos en “Qué Es Esta Vida”, Rosendo, aún como guitarrista y cantante de Leño en aquella época, también se unió a la fiesta tocando con ellos “Trae a Casa Tu Amor” y finalmente, el guitarrista de Miguel Ríos Paco Palacios, que se hizo junto a Topo “Guerra Fría” y “Marea Negra”.

Paco Palacios había colaborado en la grabación del disco y su intervención en el concierto vino a paliar la ausencia de Miguel Ríos -productor junto a Carlos Narea del álbum-, de quien se había rumoreado insistentemente que tocaría en el concierto, aunque al final no fue así. En el final, con el mítico “Mis Amigos Donde Estarán”, Tony De Juan, ex-guitarrista de Ñu y de Coz y Miguel Oñate, cantante de Asfalto, le dieron al tema un punto emotivo y entrañable que puso el broche de oro a una actuación memorable de una de las bandas que siempre fue más querida en el rock madrileño: Topo.

miércoles, 5 de octubre de 2011

LAS GRANDES DESCARGAS EN VIVO DE LA HISTORIA DEL ROCK ESPAÑOL (I): OBUS

Al igual que cuando se hace referencia a la historia del rock a nivel internacional, nombres como los de Monterrey, Woodstock o Wight resultan asolutamente emblemáticos y nos traen a la memoria historias de conciertos memorables, en nuestro rock los nombres de Canet, Mazarrock o Burgos son su equivalente más claro. En el rock español de los 80 hubo jornadas históricas, con descargas brutales de nuestras bandas más míticas que en nuestra Comuna recordaremos a partir de ahora. Conciertos que emocionará volver a recordar a quienes los vivieron y que darán a conocer una parte vital de nuestra historia a la gente más joven.

El primer gran concierto del rock español, más en concreto del Heavy Metal español fue la apoteósica presentación del primer disco de Obús, ‘Prepárate’ en en un local hoy ya desaparecido, pero que a lo largo de la década de los 70 y los 80 albergó muchos de los más inolvidables conciertos de la historia del Heavy Metal en España en aquellos años, el Pabellón de Deportes de la Ciudad Deportiva del Real Madrid, El Pabellón a secas, como todo el mundo le llamaba: Saxon, Iron Maiden, Scorpions, Judas Priest, Motörhead, Rainbow, UFO, Jethro Tull, Uriah Heep, Kiss… todos los grandes del rock de la época hicieron sus primeras actuaciones en la capital del estado español en aquel recinto situado al norte de Madrid, cerca del Barrio del Pilar. Uno de los que más se recuerda fue el de AC/DC, en su primera actuación en la capital en la primera gira que hicieron con Brian Johnson, y que fue un llenazo espectacular

¿Era posible que un grupo que si bien había ganado el Trofeo Rock Villa de Madrid, no parecía ser conocido a niveles masivos todavía pudiera llenar hasta arriba el mítico Pabellon? Pues se demostró que sí, y ese grupo, Obús, reventó el Pabellon agotando el papel exactamente igual que diez meses antes habían hecho AC/DC.

Obús, que en se momento era el grupo que más fielmente había hecho suya la estética, el concepto de espectáculo en la puesta en escena, e incluso el sonido de lo que era en ese momento la New Wave Of British Heavy Metal, se presentó en Madrid con un show que resultó revolucionario por como era perfectamente equiparable a lo que estaban presentando en Europa y Estados Unidos todas las demás grandes bandas internacionales. Todos ellos, Fortu, Paco, Juan Luis y Fernando eran ya músicos curtidos en muchas batallas, se les veía las tablas de los que se habían dejado muchas veces la piel encima de un escenario y supieron conquistar a un público que en ese momento había abrazado el Heavy Metal como un nuevo lenguaje, una nueva cultura que harían suya y en la que Obús, cantando en su propio idioma, con el espíritu de rock de barrio, de rock de clase obrera tan cercana a toda la gente del Heavy Metal en aquellos años, no tardaron en convertirse en líderes totales.

Volúmen atronador, sonido aplastante, una voz cuya energía parecía salir de lo más profundo del infierno, y temas que todos los que participábamos de aquella ceremonia, iniciática en muchos casos –para mi lo fue: fue el primer concierto que vi de un grupo de heavy español tras haber visto ya a AC/DC en ese mismo pabellón, y me enganché a ellos desde ese dia- coreábamos dejándonos la garganta en carne viva: Desde “Solo Lo Hago En Mi Moto” a “Prepárate” pasando por “Pesadilla Nuclear” o “La Escalera”, aquel concierto de Obús fue la primera gran demostración de cómo el Heavy Metal iba a ser un fenómeno de una trascendencia inmensa dentro del rock en nuestro país y de cómo los grupos españoles en general y Obús en particular, iban a ser protagonistas muy específicos de aquella etapa.

Dentro de muy poco se cumplirán 30 años de aquella legendaria actuación de Obús, y para celebrarlo, el 5 de noviembre Obús vuelven a Madrid a hacer un gigantesco macro-concierto en la Sala La Riviera en el cual grabarán un disco y un DVD en directo. Volveremos a estar allí, y después de haber visto al grupo en numerosas ocasiones durante estos últimos años, puedo asegurar que esa volverá a ser una noche histórica, con Obús haciendo estalllar Madrid y demostrando que siguen siendo la gran banda del Heavy Metal estatal.

sábado, 3 de septiembre de 2011

CLASICOS DE ORO CONTEMPORANEOS (X): MEGADETH, 'PEACE SELLS...BUT WHO´S BUYING?' (1986)



En estos días se pone a la venta una reedición conmemorativa al cumplirse el 25 Aniversario de la puesta a la venta de uno de los clásicos del Thrash Metal, el formdable Peace Sells... But Who´s Buying?' de Megadeth. Un clásico de clásicos del Thrash Metal, que me parece interesante recordar.

El segundo disco de Megadeth, con la banda ya rodada, plenamente establecida y una dirección y un criterio musical más definido fue una verdadera obra maestra, que como ocurrió con muchísimos grandes discos de Thrash Metal de este periodo, no obtuvo prácticamente ninguna repercusión comercial en el momento de su salida, aunque posteriormente llegaría a vender más de un millón de discos. Con una excelente producción y unos temas mucho más elaborados y trabajados que en su debut con Killing Is My Business, Megadeth supieron transmitir en este disco lo mejor de si mismos como banda de manera absolutamente espectacular. Además del inmenso tema que daba titulo al disco, “Peace Sells… But Who´s Buying?”, clásico de Megadeth por antonomasia, no se puede en modo alguno olvidar “Wake Up Dead” y “Good Morning, Black Friday”, otras de las canciones que más gustaron a los fans de este sensacional trabajo. Puro Thrash Metal, Megadeth 100%, un estilo personal, propio y singular en el que no cabía en modo alguno la comparación con Metallica.

Indudablemente, el hecho de que este disco aunque estaba planeado inicialmente que se sacara con la independiente Combat Records, que era el sello bajo el cual se había editado el disco anterior del grupo, Killing Is My Business, al final el grupo negoció con Capitol Records y esta compañía discográfica es la que editó el disco comprando los derechos del disco a Combat, que ya había hecho una primera mezcla del álbum. Capitol Records, al adquirir esos derechos decidió suprimir esa primera mezcla y contrató a un productor, Randy Burns, para remezclar el disco. En opinión de Dave Mustaine, esa nueva mezcla resultó una de las claves determinantes para que Peace Sells… lograse el éxito que logró. No obstante, en 2004 se reeditó con una nueva remezcla y una nueva remasterización llevada a cabo personalmente por Dave Mustaine.

Este fue también el último trabajo de Megadeth con una formación en la que destacaban el guitarrista Chris Poland y el tristemente fallecido batería Gar Samuelson. Para su tercer disco, Jeff Young en la guitarra y Chuck Behler en la batería serían los sustitutos de los músicos anteriormente citados.

25 años después, suena fuerte, fresco y potente. Me ha gustado mucho volver a escucharlo.

miércoles, 10 de agosto de 2011

SI YO FUERA CREYENTE... DIRIA A RATZINGER QUE SE LARGASE A SU CASA

De entrada, debo admitir que el tal Joseph Ratzinger, el supuesto vicario de Cristo en la Tierra - lo cual es mucho suponer; de entrada hay que suponer que lo que cuenta la biblia es cierto, hay que suponer que el Vaticano no lo ha manipulado a su convienciencia, y hay que suponer que ha sido elelgido para tal cargo por la inspiración de un Dios en el cual no cree ni una cuarta parte de la humanidad que sabe leer y escribir - es un personaje por el que siento actualmente un asco profundo. Me parece un ser humano despreciable y asqueroso, por muchos motivos.

El primero, por su condición de nazi. Desde hace tiempo, cuando se supo su militancia en las Juventudes Hitlerianas, hecho que el Vaticano intentó ocultar, adujo que entro en esa organización obligado y coaccionado. ¿Que demuestra eso? de entrada, que es cobarde y miserable como una rata. Hubo miles de jóvenes alemanes que se negaron a pertenecer a las organizaciones nazis y con ello se enfrentaron a la persecución, la carcel, la tortura y la muerte. Pero Ratzinger no pertenecía a esa clase de alemanes, dignos, valientes, y con toda seguridad, muchos de ellos auténticos creyentes. El no.
Después, porque desde que medró en la secta y llegó a las esferas de poder a la sombra del reaccionario y retrógrado Wojtyla, el vicario polaco untado por el departamento de estado americano para hacer la guerra sucia politica en Europa contra el bloque no capitalista, se ha distinguido no solo por favorecer y hacer suyas las posiciones más inmovilistas, ultraconservadoras e indefendibles de la doctrina católica desde su puesto de inquisidor jefe; ha demostrado en todas sus opiniones tal desprecio hacia la mujer, dentro y fuera de la iglesia, que a estas alturas me parece increíble que todavía haya mujeres que sigan formando parte de esa iglesia.
Este individuo se ha permitido mentir, intoxicar y manipular la historia diciendo que en nuestro país la República atacó a la fé católica, lo cual es una más de la infinidad de mentiras que dice cada vez que abre la boca y por si fuera poco, se ha erigido en el mayor encubridor de los más odiosos delitos de pedofilia que por millares han cometido en todo el mundo la caterva de reprimidos, enfermos, hipócritas y mal nacidos que ocultan su despreciable catadura humana y moral bajo las sotanas negras.
Pero aún sintiendo ese asco y ese desprecio por este sujeto, y ante el bombardeo medíatico que tenemos que aguantar acerca de su visita a este país, reflexiono y me pregunto a mi mismo... bien ¿y cual sería mi reacción si yo fuera creyente? ¿Que pensaría, que sentiría ante este personaje que teóricamente representa al dios en el que yo creo?

Si yo fuera creyente, creo que estaría dentro de esa iglesia de base que pretende vivir la fraternidad cristiana auténtica, es decir, repartir, compartir, vivir en comunidad, en solidaridad con los perseguidos, con los marginados, con los que no tienen nada. Estaría con la iglesia que da cobijo a los inmigrantes, que está en las cárceles junto a los presos, en los barrios junto a los parados, los obreros, las mujeres trabajadoras...
Si yo creyera en ese dios de los católicos, creeria en el evangelio que llevó a hombres íntegros y sinceros a enfrentarse al poder, como el padre Jose María Llanos, que se unió a la lucha del Partido Comunista para conseguir para su pueblo educación, justicia, trabajo, libertad, cultura...y que se enfrentó a esa otra iglesia felpudo de la dictadura franquista, que bendecía en los aeródromos los bombarderos que iban a masacrar población civil en la retaguardia republicana y llevaba bajo palio al dictador.
Creería en la fé que llevó a Leonardo Boff a defender al pueblo uniéndose a la Revolución Sandinista, la maravillosa revolución que llevó a Nicaragua la libertad, la alfabetización, el desarrollo económico... creería en la fe que llevó a Monseñor Oscar Romero en El Salvador a morir por defender a su pueblo de la agresión fascista del terrorismo de extrema derecha financiado por el gobierno USA, y creería en la Vicaría de la Solidaridad de Chile, que se enfrentó a la dictadura terrorista de Pinochet, el cual -curiosamente- mientras encarcelaba, torturaba y asesinaba como una bestia enloquecida a los opositores, recibía la bendición apostólica personal de Wojtyla, el papa pagado por la CIA y los mafiosos del Banco Ambrosiano.
Creería también en el Cura Pérez, un sacerdote católico que entendió que la única forma de luchar por una vida digna y libre en la Colombia asediada por los narcotraficantes y los paramilitares de extrema derecha era iniciar una lucha como la que Che Guevara y Fidel iniciaron en Sierra Maestra para liberar Cuba y creó el EPL, el Ejército Popular de Liberación de Colombia.

¿Sería compatble mi fe en esos ejemplos de generosidad y de entrega a los demás con mi fé en la jerarquía del poder católico? pienso que no.

Si creyera en el dios de los catolicos, y en las enseñanzas de su supuesto hijo Jesucristo, no podría creer en una iglesia construida como negocio, como tapadera de una estructura financiera que los católicos de base no pueden conocer. No podría creer en una iglesia que durante décadas convirtió los colegios de enseñanza en auténticos campos de exterminio de la libertad individual, de la expresión libre, de la sexualidad libre, y que los instrumentalizó al servicio del poder como centros de adoctrinamiento de una dictadura terrorista.
No podría creer en una iglesia que niega bajo el estigma del "pecado" el derecho de gays y lesbianas a vivir libremente su sexualidad, y que niega a la mujer bajo ese mismo estigma un derecho fundamental como es el derecho al aborto. Y me resultaría patético, bochornoso, vomitivo convertir la visita de un hombre que debería venir dando ejemplo de humildad en un circo propio de secta tercermundista, pagado además con los impuestos de todos, incluidos los que no comparten ni esa fé ni esa ejecutoria de la iglesia católica.
El sentimiento de recogimiento, oración y paz que se supone deben tener los catolicos, convertido en espectáculo para borregos, en pan y circo para la masa, en la ceremonia del adoctrinamiento en las ideas reaccionarias de una iglesia que solo funciona como mecanismo de una estructura de poder. Y dentro de poco, la desquiciada idea del sicario de Ratzinger en España, Rouco Varela: hacer un parque temático del catolicismo, un port aventura en el que cobrando una cuantiosa entrada, convertir la religión en un show con coca colas, palomitas y hamburguesas (¿consagradas?)
Si yo fuera creyente no podría creer en toda esta demostración de despilfarro, de espectáculo cutre y casposo, que encima es aplaudido con entusiasmo por la derecha y permitido a hurtadillas por la pseudoizquierda de los Rubalcabos (el pobre ZP ya ni existe en los telediarios).

Si yo fuera creyente le diría a Ratzinger: ¿A que vienes aquí? ¡Lárgate!

Pero como no soy creyente, con más convicción aún me uno a quienes vamos a manifestarnos en contra de su visita como "jefe de estado" pagada con mis impuestos en contra de mi voluntad y de la instrumentalización política que la caverna mediática de la derecha hará de ella.

Ratzinger, aqui no te queremos. Márchate.

lunes, 25 de julio de 2011

MEMORIAS DEL ROCK´N´ROLL: DISCOS DE ORO, 'FRAMPTON COMES ALIVE'

Pronto tendremos en nuestro país la nueva visita de un verdadero monstruo de la música, un personaje injustamente olvidado dentro del mundo del rock, el guitarrista y cantante británico Peter Frampton, en una gira en la que celebra el 35 aniversario de la edición de un disco en directo de leyenda absoluta, el grandioso doble en directo Frampton Comes Alive!, uno de los discos en directo más vendidos de toda la historia de la música popular.

Peter Frampton inició su carrera musical a muy temprana edad en Londres en un grupo de pop para el mercado teenager, una banda llamada The Herd que poco o nada tenía que ver con lo que hizo posteriormente, aunque los hit singles para el mercado pop británico de finales de los 60, le valieron para darse a conocer lo suficiente como para que Steve Marriot, guitarrista de los Small Faces, al separarse este grupo decidiera formar en 1969 un grupo netamente de Hard Rock, Humble Pie, y que propusiera a Peter Frampton unirse a él en esa aventura. Frampton aceptó el reto y fue pieza clave de alguno de los mejores discos de esa primera etapa de los Pie, como Town And Country o Rock On y muy especialmente otro histórico disco en directo, el Rockin’ the Fillmore, que fue su último trabajo editado con Humble Pie antes de que en diciembre de 1971 anunciara su marcha del grupo para empezar su carrera en solitario.

Su primeros discos en solitario no tuvieron apenas repercusión hasta que en la primavera de 1975 apareció un álbum titulado simplemente ‘Frampton’, que dí que obtuvo unas ventas considerablemente mejores, lo que le llevó a hacer durante el verano y el otoño una larga gira por Estados Unidos en la que se grabaron varias actuaciones para editar un disco en directo. Ese disco fue el mítico Frampton Comes Alive!

Las fechas y lugares en donde se grabó fueron el Marin County Civic Center, San Rafael, CA, 13 de junio de 1975, en el Winterland Ballroom, San Francisco,14 de junio de 1975, Long Island Arena, Commack, NY, 24 de agosto de 1975 y Plattsburgh, NY, November 22, 1975.

La banda que grabó con él estaba compuesta por el propio Peter Frampton obviamente como guitarrista y cantante, Bob Mayo como segundo guitarra y teclista, Stanley Sheldon en el bajo y John Siomos en la batería.

Un sonido originalísimo, en el que destacaba la técnica de Frampton con efectos supervanguardistas como el celebérrimo Talk Box, autética seña de identidad de este disco, canciones muy bien elegidas, desde “Baby I Love Your Way”, “Do You Feel Like We Do”, su cover de “Jumpin´Jack Flash” de los Rolling Stones o especialmente el famosísimo “Show Me The Way” así como una producción de lujo influyeron decisivamente en el inesperado y espectacular éxito que tuvo ese disco. Se puso a la venta el 6 de enero de 1976, al principio con una entrada relativamente discreta en los charts, pero conforme pasaban las semanas, iba alcanzando posiciones, iba subiendo en ventas y en la segunda semana de febrero de 1976 ya era númeo 1 de la lista oficial de álbumes de Billboard, manteniéndose 10 semanas en ese número 1 y 55 semanas en lista, siendo el primer disco doble en directo de la historia en lograr tal éxito de ventas.

Fue el disco más vendido en todo el mundo del año 1976, logró vender seis millones de copias entre 1976 y 1977 en Estados Unidos, y fue elegido ‘album del año 76’ en la votación anual de los lectores de la revista Rolling Stone. Y como dato si quereis curioso, a pesar de ser ser un álbum doble, salió a la venta con un precio solo ligeramente superior al de un disco normal, 7 dolares con 98 centavos de la época.

Por desgracia, con posterioridad su carrera entró en un profundo declive motivado en gran medida por el gran fracaso de su intento de readaptar el Sargent Peppers de los Beatles en 1978 con los Bee Gees, en una pelicula que resultó un completo fiasco, así como por un grave accidente de coche que estuvo a punto de costarle la vida en esa misma epoca, que le obligó a un largo periodo de inactividad, tras el cual atravesó serios problemas de adicción a las drogas. Así, durnate los 80 y 90 su producción se fue haciendo cada vez más esporádica y aunque siempre con calidad, sin el éxito ni la atención mediática de antaño. En 1991 estuvo a punto de reunirse con Steve Marriott en un regreso de Humble Pie, y se sabe que ambos músicos estuvieron trabajando juntos en ese proyecto de reunión, pero la muerte de Marriot en la primavera del 91 frustró la intentona.

Frampton estuvo por última vez en escenarios españoles en el verano de 2006 y verle en concierto es siempre un privilegio. Esta vez, recordando esa obra magistral, ese Frampton Comes Alive! cuya edición en vinilo machacamos en si día hasta rayarla, puedo aseguraros que quienes vayais a sus conciertos disfrutaréis de unos conciertos propios de un todo un caballero del Hard Rock británico más clásico.

miércoles, 20 de julio de 2011

CLASICOS DE ORO CONTEMPORANEOS (IX): IRON MAIDEN , 'BRAVE NEW WORLD'



Diferencias creativas y musicales supuestamente irreconciliables entre Bruce Dickinson y Steve Harris y un deterioro evidente de sus relaciones personales provocaron que el cantante tomase la decisión de abandonar el grupo en 1993. El fracaso de su carrera en solitario y el declive en el que Iron Maiden habían caído desde la marcha de Dickinson propició que ambas partes se reconciliaran y que en la primavera de 1999 Dickinson, al lado de Adrian Smith regresase a Iron Maiden.

Fruto de este regreso fue en el año 2000 la edición de este sensacional disco, Brave New World, en el que Iron Maiden –que en cualquier caso, habían hecho un gran trabajo en su anterior Virtual XI y habían dejado un clásico que incluso el propio Dickinson retomaría para los conciertos, “The Clansman”- recuperaron el crédito, la fuerza y la personalidad un tanto extraviadas durante los años que estuvo en la banda Blaze Bailey.

Steve Harris y Kevin Shirley hicieron un trabajo excelente en lo que se refiere a la producción, volviendo a imprimir a Iron Maiden ese sonido heavymetalero cargado de fuerza en la base rítmica, con unas guitarras brillantes, penetrantes, con Dickinson en un estado de forma excepcional en toodos los sentidos y componiendo unos temas que volvían a tener garra, fuerza, que estaban hechos a la medida del fan de Iron Maiden de siempre.

En la primera parte del disco se concentraban los temas más fuertes, los más directos, aquellos que formarían parte en aquel momento –y todavía en la actualidad- del set list de conciertos de Iron Maiden. “The Wickerman”, uno de esos impactos brutales de arranque de un álbum, al estilo de los “Be Quick Or Be Dead” o “Aces High” de otros discos,era todo un bombazo 100% Heavy Metal de Iron Maiden, mientras que “Ghost Of The Navigator” y la potentísima “The Mercenaryno le iban en absouto a la zaga y mostraban a unos Iron Maiden llenos de fuerza y energía. “Brave New World” tenía una estructura de composición que recordaba a “Fear Of The Dark”, y “Blood Brothers”, que seguía en cierta medida el mismo esquema, era otra gran canción en la que destacaban muy especialmente su solos de guitarra, asi como la magnífica transición instrumental intermedia, melódica y llena de riqueza en matices musicales y con Bruce Dickinson cantando con una sensibilidad extraordinaria, siguiendo el crescendo instrumental de la canción de manera genial. “Out In The Silent Planet” y en el final del disco “The Line Between Love & Hate”, otras piezas que proporcionaban a este excelente disco la vitola de clásico de clásicos absoluto, de masterpiece que hasta la fecha los propios Iron Maiden no han vuelto a superar.

jueves, 14 de julio de 2011

CLASICOS DE ORO CONTEMPORANEOS (VII): GUNS N'ROSES, 'USE YOUR ILLUSION'

Más de un mes sin pasar por La Comuna… esto de hacer dos libros a la vez, y ahora también dos revistas, más el vicio que he cogido con las series de televisión de terror inglés de los años 70 ha hecho que últimamente aparezca poco por aquí, pero desde ahora prometo disciplinarme más y no dejar tanto tiempo sin compartir con todos vosotros algunas reflexiones. Vuelvo con un disco al que últimamente le he dado varias vueltas y que hacía mucho tiempo que no volvía a escuchar en profundidad.

Apetite For Destruction, el celebérrimo disco de debut de Guns N’Roses fue una ráfaga de genial creatividad, uno de esos discos en los que se capturó un momento de inspiración, actitud y genuina fuerza rockera que pocas veces se consigue lograr en un estudio, y seguramente por tal motivo logró el éxito que logró. Evidentemente, Use Your Illusion, un cuádruple álbum compuesto y grabado a lo largo de 20 interminables meses, con serios problemas internos en el seno de la banda –adicción a las drogas de Slash, expulsión del grupo del batería Steven Adler, progresivo distanciamiento entre Izzy Stradlin y el resto del grupo - en modo alguno podía tener la misma frescura ni la misma energía que el mítico Apetite

Pero ello no desmerece el hecho de que Use Your Illusion, aún siendo un álbum excesivamente largo al que probablemente le sobren según el gusto de cada cual algunas canciones, es un gran álbum de Hard Rock/Heavy Metal en el que también hay grandes clásicos de Guns N’Roses, de los Guns N’Roses genuinos, tiene una cuidada y minuciosa producción y entre 1991 y 1993 fue uno de los discos más importantes del Heavy Metal en aquel periodo.

En tanto en cuanto todos los temas tanto del volumen I como del II se conmpusieron y grabaron más o menos a la vez, y su inclusión en uno u otro volumen no obedeció a un criterio musical o estilístico concreto, no cabe analizar los dos discos separadamente. En Use Your Illusion existe una enorme variedad musical y de matices –es ese uno de sus principales atractivos- y en él se puede ver desenvolverse a Guns N’Roses en varios terrenos. Tenemos por un lado el lado más duro, más heavy con el ramalazo punk que caracterizaba la agresividad de su estilo en los comienzos en temas como “Right Next Door To Hell”, la fortísima “Shotgun Blues”, “Get In The Ring”, que era una feroz diatriba contra la prensa musical con la que habían tenido diversos problemas, citando nombres concretos de periodistas y publicaciones, -a alguno, como Mick Wall de Kerrang!, cuando le conocí en persona, me dijo que estaba encantado de que los Guns le hubieranhecho mundialmente famoso- “Back Off Bitch”, que de hecho era una canción incluso anterior a muchas de las que se grabaron para Apetite For Destruction o “You Could Be Mine”, que fue el primer single del álbum y se incluyó en la banda sonora de la película Terminator II. En estas canciones es donde se reconoce a los Guns n’Roses más rockeros, más fuertes y en donde se muestra más fresca la banda, aunque también cuando se introducen en otros terrenos salen plenamente airosos. Especialmente emotiva e intensa fue su magnífica versión del “Knocking On Heaven´s Doors” de Bob Dylan, como balada sin lugar a dudas “November Rain” fue la mejor que hicieron a lo largo de su carrera, mientras que “Yesterdays”, “Breakdown” o “Estranged”, como medios tiempos más melódicos ofrecían otra cara del grupo que entroncaba más con sus influencias de los 70 – Stones, Aerosmith, Nazareth, etc.- y que dejaba ver que su evolución futura podría ser muy interesante. En estas canciones siempre se destacó el magnífico trabajo de guitarras tanto de Izzy Stradlin como de Slash.

A la edición de este disco siguió una extenuante e interminable gira mundial de dos años ininterrumpidos de duración en cuya recta final, el grupo literalmente agotado perdió en directo toda la garra de sus comienzos, se arrastró lamentablemente por los escenarios y acabó por saltar en pedazos. Este disco fue en gran medida su testamento sonoro, un disco que dejaba ver a un grupo que de haber permanecido unido sin duda habría llegado infinitamente más lejos, pero al que le faltó un liderazgo claro y una cohesión interna que evitara que las luchas de egos acabasen con una banda que lo tuvo todo en su mano para convertirse en la más grande del rock de los 90 y que lo tiró todo por la borda.

jueves, 2 de junio de 2011

BANZAI: DURO Y POTENTE... DOS DECADAS DESPUES

El día 4 de junio, 27 años después de su último concierto en Madrid, vuelve a pisar un escenario un nombre de leyenda en el Heavy Metal español: Banzai. Una banda que para quienes no les conozcáis, fueron de lo más grande que hubo en nuestra música entre 1983 y 1985. Por ello, pensando sobre todo en quienes no vivísteis aquel momento y el nombre de Banzai es para vosotros solo una referencia más o menos lejana, os refresco algo de su historia, en especial centrándonos en lo que fue su mejor disco, Duro y Potente

En 1983 el legendario guitarrista Salvador Dominguez, después de haber pasado todo el verano del 82 en gira con Miguel Ríos y haberse ganado una inmensa reputación como auténtico héroe de la guitarra rockera hispano, plenamente consciente de que en aquellos años el Heavy Metal era la auténtica vanguardia del rock, puso a punto un proyecto de grupo al que dio el nombre de Banzai, y ante la buena acogida que tuvo el disco debut del grupo, pronto consiguió llamar la atención de las compañías más grandes después de la edición de un primer disco en 1983, un excelente trabajo que poseía canciones sensacionales como “Coche Rápido” o “Amigo”, pero que no obstante estaba en cuanto a producción muy lejos del potencial que el grupo podía desarrollar.

Warner España ofreció en el verano de ese mismo 1983 a Banzai un contrato en toda regla –El Pirata lo explicó en un reportaje especial que hizo como enviado especial de la revista Heavy Rock al Festival Mazarrock’83, en donde el propio manager de la banda, Paco Salazar se lo contó en el backstage- y cuando Banzai dio el paso, la banda se reestructuró y entraron en ella José Antonio Manzano, vocalista barcelonés que venía de grupos como Tebeo o Tigres De Metal como nuevo cantante, el argentino Danny Peyronel, ex – miembro de UFO como teclista, y David Biosca como batería, que se unieron a Salvador y al bajista Tibu, supervivientes de la primera formación.

Tras unos meses de ensayos y duro trabajo en el local y en la carretera, Banzai grabaron en los Estudios Mediterráneo de Ibiza este Lp, Duro Y Potente, que fue no solo un exitazo de ventas gracias a la fuerza de temas como “No Pierdas El Tren” -muy, pero que muy Iron Maiden era este tema- “Luces”, o el propio “Duro Y Potente”, sino que puso al Heavy Metal español en un nivel musical muy alto, en conexión con lo que se estaba haciendo tanto en Inglaterra como en Estados Unidos y que proyectó al grupo a un lugar casi de leyenda dentro del panorama del rock nacional. Y ello incluso con el handicap de que una vez más, la producción del disco no fue en modo alguno acertada; la voz de un cantante de las facultades y de la fuerza de Jose Antonio Manzano no se supo mostrar ni se le supo sacar partido en esta grabación, en contraste con el excelente sonido de guitarras y batería que este disco tenía.

En aquel año, Banzai recorrieron toda España en gira, llegaron a lo más alto haciendo festivales como los de la fiesta del P.C.E. de 1984, ante 25.000 personas y este disco, que debería haber sido el primero de una larga carrera jalonada de éxitos, tristemente fue el último, pues a comienzos del año siguiente, 1985 Banzai dejaría de existir tras la marcha de Salvador y Danny Peyronel a Tarzen.

Aunque todos y cada uno de ellos intentó diversas aventuras con suerte muy diferente según cada caso (Tarzen, Zero, Manzano, diversos proyectos en solitario) lo cierto es que ninguno de ellos realmente consiguió siquiera ser una sombra de Banzai o un digno recuerdo de lo que fue aquella impresionante banda. ‘Duro Y Potente’ fue, sin que quepa lugar a la menor duda, su mejor disco, aun sin reflejar todo lo que musicalmente Banzai tenían para dar en un estudio.

En estos días, al menos en Madrid, podremos volver a verles. Ojalá que siga latiendo en sus corazones esa fuerza y esa energía de sus grandes shows de los 80 –inolvidable aquel conciertazo de junio de 1984 con Zeleste Carballo y Angeles del Infierno en el Pabellón del Madrid, el momento de mayor éxito de su carrera- y que muchos más podais o bien conocerles, o bien, recordar épocas históricas del pasado de nuestro rock.