CON EL PUEBLO DE HONDURAS: NO AL GOLPISMO

Imágenes de Tegucigalpa del 27-28 de junio de 2009 transmitidas por CNN+, TVE, la Sexta, Antena 3... imágenes de hace menos de 24 horas pero que parecían extraídas de cualquier noticiario o documental de los años 70, cuando los Pinochet, Videla, Bordaberry o Vanzer asaltaban el poder sacando a la calle los tanques y los carros de combate en Santiago, Buenos Aires, Montevideo o Bolivia, aplastando la democracia, usurpando el poder y provocando crímenes en masa y actos de genocidio que por desgracia, siguen impunes en muchos casos décadas después.
De nuevo, esa horrenda imágen de los militares amenazando al pueblo, secuestrando al presidente constitucional democráticamente elegido e imponiendo el terror a punta de ametralladora ha aparecido en Honduras, país hermano de América Latina que por desgracia, ha sufrido esa lacra del golpismo militar ultraderechista a lo largo de su historia demasiadas veces. Frente a una iniciativa de cambio, de reforma constitucional del sistema político que permitiera reestructurar la economía del país en un sentido progresivo, social, que entronca con esa esperanza revolucionaria y popular que Cuba, Venezuela, Bolivia o Ecuador representan y que consistía en algo que debería ser tan normal en una democracia como es una consulta popular, la derecha salvaje, los oligopolios económicos y financieros y ese ejército reaccionario que fue usado como carne de cañon contra la revolución sandinista en los años 80, ha pisoteado el sistema democrático en Honduras con un golpe militar que debería repugnar a toda la comunidad internacional.
Mi solidaridad con todo el pueblo de Honduras, en la esperanza de que se movilicen contra ese gobierno de traidores y vendepatrias, y con mi más intenso deseo de que no sólo derroquen a ese gobierno, sino que organicen verdaderamente una estructura de poder popular, de poder revolucionario, que traiga a Honduras una auténtica democracia, una democracia popular que desarrolle y establezca el socialismo del siglo XXI.