Tu Keith.
El puto demonio/dios de los Stones.
A pesar de que son casi 650 páginas, entre metros madrileños diarios dos veces al día de Tetuán a Prosperidad, de trenes de Madrid a Barcelona y Barcelona a Madrid, de Barcelona a Vila-Franca, de Barcelona-Sants a Girona y de Girona a Barcelona-Sants, en estos días de enero me he podido empapar ese maravilloso tocho de autoregalo de navidad que me hice y que son las memorias -muy discutiblemente traducidas, se nota que quien las ha traducido no es fan de los Stones, y suelta alguna bobada propia de traductor/ robot de a tanto el folio- de ese rockero grandioso, capullo, cabronazo, gitano, junkie, hijo del blues y del rock, y por encima de todo, adorable y entrañable para quienes somos stonianos.
Para los que somos Stones de corazón, para los que somos Stones de partirnos la cara para estar en la primera fila de un concierto, de los que estamos desde las seis de la mañana o antes en la puerta de entrada de cualquier recinto donde vayan a tocar, de quienes sentimos a los Rolling Stones como esa energía, esa fuerza, ese com

Vida, esta autobiografía de Keith Richards es un relato pienso que esencialmente sincero, honesto y limpio de su vida, que busca creo que de manera muy importante, por un lado separar claramente a Keith Richards como persona, como ser humano, como padre de familia y músico, del personaje Keith Richards alma salvaje de los Stones, del cual en ningún momento niega ni reniega de su existencia, sino que pretende situar en su dimensión real, fuera de las leyendas urbanas, rumores falsos y exagerados y barbaridades propias de la prensa amarilla que creó leyendas absolutamente falsas sobre él.
En este libro, en la parte más positiva y que a mi personalmente más me ha gustado, la parte en la que Keith habla más de los Stones y de como trabajaban en los 70: Impagable el capítulo dedicado a la grabación de 'Exile On Main Street' en Francia en el verano del 71, y de como fué la gira USA del 72, con ese inefable Bobby Keys mucho más gamberro que cualquiera de ellos - buenísima la historia de la detención en un aeropuerto de Australia en el 73, y como el propietario de la multinacional de los zumos Dole les salvó el culo a Bobby y a Keith- y la gira europea del 73, con Bobby inconsciente con un pedo de caballo bestial en una bañera llena de Champagne en un hotel de Bruselas.
Sensacional leer como Keith te cuenta como en la grabación del 'Mixed Emotions' en Barbados en el 89, apareció por allí un amigo de Mick Jagger gilipollas que se puso a dar opiniones sobre como Keith debería acabar un solo de guitarra, y como Keith cortó su estúpida perorata lanzándole una navaja que se clavó en l
Vamos a ver, seguro que a cualquiera de nosotros nos ha pasado con nuestro mejor amigo: ¿nunca habéis tenido una bronca de cojones con ese amigo o amiga del alma, que precisamente más nos duele porque es nuestro mejor amigo, el que más nos conoce...? y esa bronca a veces ¿no es verdad que es la más difícil de perdonar, porque es la que más nos ha dolido? pues eso es lo que cuenta Keith de Mick sobre su enfrentamiento en los 80.
Una frase para mi muy reveladora que Keith escribe en estas memorias y que reproduzco textualmente para que os hagáis una idea de lo que podéis leer en este excelente libro: "Yo hay muchas veces que discutiendo con Mick, sería capaz de patearle la cabeza. Cuando se pone en su papel de reinona estúpida lo único que se merece es un buen par de hostias, pero... como alguien sea capaz de meterse con Mick Jagger sin estar él presente y delante de mi, soy capaz de cortarle el cuello."
Más criticable me parece el escasisímo apartado que Keith dedica a su relación con Brian Jones, algo que yo esperaba con mucho interés, así como las mínimas líneas - eso sí, muy respetuosas y elogiosas- que dedica a uno de mis Stones de cabecera, Mick Taylor. Alguien que hizo con Keith muchos de los discos más clásicos de los setenta con el grupo pienso que merecía más atención por parte de Keith en este recorrido por su vida en relación con los Rolling Stones. Esos son para mi los dos únicos puntos más criticables del libro.
Y no me resisto a señalar un apunte que para mi es fabuloso, sobre todo porque en contra de muchas opiniones que he escuchado, en ese sentido, Keith Richards me da la razón; en cada disco de los que Keith habla, no tiene reparos en señalar sus canciones favoritas y en explicar porqué son sus favoritas. Y hay una canción -bueno, hay muchas, pero una especialmente- en la que coincide plenamente conmigo: una de las mejores baladas que ha hecho para los Stones es "How Can I Stop" del 'Bridges To Babylon'. Un temazo que termina con un solo de saxo de Wayne Shorter de los que si no te saca las lágrimas de emoción, es que ya estás muerto.
Y Keith coincide conmigo en que es la mejor balada que los Stones han grabado en muchísimos años. ¡Por supuesto, Maestro!
En resumen, un libro como se puede esperar de Keith Richards: irónico, divertido, tóxico, contradictorio, salvajemente rockero, puramente stoniano, a ratos entrañable, a ratos duro y visceral... y creo que esencialmente, sincero y honesto. A estas alturas ¿tiene algo todavía que ocultar Keith Richards?
Maestro, hermano, colega... sé perfectamente que nunca llegarás a leer este blog, pero por si acaso... he pasado los mejores momentos de mi vida escuchando tu guitarra con los Stones. Y ahora también, leyendo tu vida, y viendo como mi propia vida también tiene algun reflejo en la tuya.
Gracias, maestro y hermano.
Gracias, Keith.