sábado, 15 de marzo de 2008

BLACK SABBATH - PARANOID (1970)



Actualmente son una banda de culto entre todos los grandes músicos de rock como muy pocas lo son. Henry Rollins, Monster Magnet, Spiritual Beggars, Cathedral, Faith No More, Type O Negative, Pantera o Paradise Lost, por solo citar algunos nombres de relieve, afirman categóricamente que su vida nunca habría sido la misma de no haber existido Black Sabbath. El legendario cuarteto de Birmingham, que integra al lado de Led Zeppelin y Deep Purple la trilogía, la santísima trinidad de la creación del Heavy Metal, es un auténtico clásico de clásicos, favorito intemporal del autor de este blog. Y eso desde 1979, año en que les conocí, y a pesar de todos aquellos compañeros de colegio fans a muerte de Deep Purple a los que los Sabs les parecían "pesados y fumados", aún cuando a casi todos les grabé este 'Paranoid' para que se convencieran de que no era así para nada
‘Paranoid’, el segundo album de Black Sabbath, se puso a la venta el 18 de septiembre de 1970. Fecha que sin embargo ha pasado a la historia por otro suceso, tristemente mucho más desgraciado. En esa mismsa mañana, mientras los dependientes de las tiendas de discos empezaban a desempaquetar las cajas en las que venían los vinilos de ‘Paranoid’, Jimi Hendrix fallecía en un hospital de Londres. Mórbida coincidencia...
En un primer momento, el título del álbum iba a ser ‘War Pigs’, pero la compañía les disuadió de esa idea pensando en que sería un título demasiado fuerte para América, en donde se tenía idea de editar el disco y en donde se vivía una fuerte crisis política provocada por la guerra de Vietnam.
Tan solo unos pocos meses antes, en febrero, había aparecido en el mercado su primer álbum, ‘Black Sabbath’, bajo etiqueta Vertigo, que había conseguido un resultado comercial en general muy estimulante -había alcanzado el nº8 de las listas, permaneciendo entre los diez primeros durante cinco semanas- y sobre todo, multiplicando las actuaciones en directo del grupo. A cada ocasión, había más gente que se quedaba sin entrada. “Antes no era como en la actualidad” -recuerda Tony Iommi- “las compañías ahora si tienes un disco que no tiene éxito, directamente rompen el contrato y te mandan a casa, pero si tienes éxito, hasta que las posibilidades del disco no están completamente agotadas comercialmente, no te dejan sacar otro. En 1970, al menos la gente de nuestro sello, Vertigo, pensaba exactamente lo contrario. Cuando venían a vernos tocar en Southampton, Blackpool o Bristol, y veían que la gente se quedaba sin poder entrar, que en muchas ocasiones tenía que venir la policía para controlar a la gente, y que nuestros fans literalmente enloquecían en nuestros conciertos nos dijeron: “Hey chicos, ¿no veis que esto va como la espuma? ¡esos chavales os adoran! ¡Vamos, hay que darles otra ración de Sabbath lo antes posible, así que hareis otro disco para el otoño! y bueno... lo hicimos.”

Black Sabbath eran en ese momento, y de hecho ‘Paranoid’ lo confirmaría plenamente, un grupo que estaba haciendo un tipo de Hard Rock original al cien por cien, mucho más enraizado en el blues progresivo del que grupos en Inglaterra como Zeppelin, Purple o Free habían bebido para ir creando poco a poco su propio molde musical. Pero Black Sabbath seguían plenamente inmersos en esa transición del blues progresivo al rock duro, añadiendo más dureza, un sonido de guitarra muy duro, muy denso y al tiempo, muy oscuro, muy opaco. Canciones que se rodeaban además como elemento muy característico de un aura misteriosa, pretendidamente siniestra adornada por una estética y una puesta en escena escatológica, irreverente y tétrica, tachada incluso de satánica, cuyas letras no dejaban de reflejar ese pesimismo contracultural propio del rock británico de los primeros años 70.
“Veníamos de una ciudad industrial, sórdida y gris como lo era en aquellos años Birmingham. Llovía todo el tiempo, el cielo estaba siempre lleno de humo de las fábricas, y la vida allí no era ninguna maravilla. Mi padre pasó casi la mitad de su vida en el paro, el sueldo de una familia de clase obrera solo daba para cubrir las necesidades básicas, y nunca conocí a nadie que tuviera allí una casa de su propiedad, sino que todo vivían en aquellos mugrientos apartamentos de alquiler de paredes ennegrecidas por la polución que se veían desde la autopista. Aquello en 1968 no tenía nada que ver con la soleada California de los jodidos hippies, ni con el alegre Londres pop de Carnaby Street. Por eso... ¿como te imaginabas que nuestra música iba a ser diferente? No, tocábamos alto, fuerte y duro para desahogar nuestra rabia, nuestro descontento y para olvidar durante dos o tres horas que no tenías dinero para pagar el alquiler o que era el último mes de paro que ibas a cobrar si no encontrabas trabajo.” -recordaba Ozzy Osbourne de los primeros años de Black Sabbath. Y ciertamente, no exageraba. A pesar de que ‘Black Sabbath’ no había funcionado mal, el grupo vivía básicamente de las actuaciones en directo y cuando empezaron a hacer ‘Paranoid’, ni siquiera tenían local de ensayo propio. “Todas las canciones de ‘Paranoid’ fueron compuestas en el Aston Community Center, una especie de centro cultural para jóvenes en el que te dejaban ensayar a libra la hora.” -recordaba Geezer Butler.

En las semanas en las que se estuvo trabajando en los ensayos y después en la grabación de ‘Paranoid’, todos los miembros del grupo coinciden en que hubo dos elementos que estuvieron omnipresentes en todo el proceso, bien fuera para mal o para bien, de ese disco: Alcohol y drogas. “Fumábamos haschis constantemente, bueno Tony solo uno o dos porros después del ensayo, pero los demás estábamos el día entero liando canutos. Aunque no teníamos dinero, había mucha gente que nos pasaba material a cambio de que le diéramos entradas para los conciertos, o a cambio de venir a vernos ensayar, y sobre todo a Geezer y a mi, ya nos gustaba beber. Creo que nunca probamos los acidos, pero el hash era nuestro desayuno, almuerzo y cena diarios.” - afirma Ozzy .
Ello parece ser que marcó las primeras diferencias serias entre Tony Iommi y el resto del grupo, especialmente con Ozzy. Segun el guitarrista zurdo, “Me molestaba mucho, y me enfadaba muchísimo con ellos cuando llegábamos al ensayo, y les preguntaba, “bueno... ¿teneis alguna idea, algun riff, algo? y su respuesta era: “No tío, lo siento, es que ayer me acosté tardísimo”, y el otro decía “no se, es que estoy atravesando un periodo difícil, me cuesta concentrarme ¿sabes?” y yo les respondía: “¡Mierda, sois una pandilla de putos colgados que os importa un bledo la música y solo pensais en privar y fumar!” la atmósfera era tensa, muchas veces había que ensayar horas y horas hasta que algo salía bien, y sobre todo, en el estudio hubo jornadas maratonianas, pero creo que precisamente por esa tensión, por esa rabia acumulada de no acabar de encontrar el sonido que realmente queríamos hacer, ‘Paranoid’ fue un álbum todavía más progresivo y más duro que nuestro pirmer disco. Comunicaba, transmitía mucho más. Y canciones como “Iron Man” y War Pigs” siguen siendo fabulosas, además por supuesto de “Paranoid”.

Con la producción de Rodger Bain y el apoyo de Tony Allom y Brian Humphries como ingenieros de sonido, en julio de 1970 se grabó en los Island Studios de Londres ‘Paranoid’. Conocido sobre todo por el tema que le da título, uno de los riffs más inequívocamente característicos de la historia del Heavy Metal, este segundo disco de los Sabs tiene además de ese sonido tan personal y que con los años resultaría de una influencia tan decisiva en el desarrollo del Metal como genero musicla con una entidad propia, canciones que son algunas de las lecciones de rock duro mas magistrales que cualquiera pueda escuchar. La extensa “War Pigs”, con un solo de guitarra de Tony Iommi realmente excepcional, y la demoledora base de ritmo compuesta por Geezer Butler y Bill Ward hace de este crudo himno antimilitarista, que narra la condenación al infierno de los “cerdos de la guerra” cuando son llamados al juicio final, un clásico de Black Sabbath sensacional. ”Planet Caravan”, la prueba más evidente de esa constante presencia de las sustancias psicotrópicas en el proceso de creación y composición de todos sus temas, “Electric Funeral”, puro terror, puro horror dramático hecho música, es otro de los temas que con el tiempo más característicos de Sabbath van a ser para ellos mismos como banda y para sus fans y “Iron Man”, una alucinante pieza que aúna en su estructura elelmentos del rock cósmico evolución de la psicodelia -tipo los primeros discos de UFO- con esos riffs arrastrados, lentos, densos, que tan bien definiera James Hetfield de Metallica como “los riffs salidos directamente del infierno”. Por no mencionar el impecable trabajo de Geezer como bajista en “Hand Of Doom”. tema en el que Ozzy hace una de las mejores interpretaciones en un estudio que nunca se le hayan escuchado.
Tony Iommi: “En ‘Paranoid’ yo hacía toda la música y Geezer hacía las letras conjuntamente con Ozzy. A veces eran realmente divertidos, porque Geezer siempre ha escrito letras muy crípticas, muy extrañas, con muchos juegos de palabras y muchos dobles sentidos. Ozzy escuchaba la letra y le decía: “¿pero que coño quiere decir esto?” muchas veces no entendía nada por más que Geezer se lo quisiera explicar, pero al final, hacíanos la canción y Ozzy interpretaba esa letra que decía no entender como si la hubiera escrito él. Es como la letra de “Supernaut”, la primera vez que la escuchar te dices: ¿Qúe sera lo que esta contando? pero Ozzy siempre podía digerirlo. De hecho la idea de “Paranoid” como canción salió de ahí. Geezer llegó con la letra a medio hacer, y Ozzy, espetándole todo el rato que era un paranoico que necesitaba ayuda psiquiátrica, completo la letra de nuestra famosa canción.”

El éxito de ‘Paranoid’ fue espectacular. Superó con mucho las ventas y la posición en ranckings de ‘Black Sabbath’ y las críticas que recibió fueron en general muy buenas. En América, donde se había editado a pequeña escala, acabó siendo todo un impacto; para sorpresa de la propia banda ‘Paranoid’ subió al número 4 de las listas USA en los primeros meses de 1971, después de que llegase al número 1 en Inglaterra a finales de octubre. Incluso, el éxito de ‘Paranoid’ en los USA desató un macabro interés por el grupo que rayaba en la exageración y que ya contenía toda la morbosidad y los mitos de grupos de brujos, satanistas y poseidos que les acompañaría durante gran parte de su carrera. En marzo de 1971, Nick Tosches escribió en Rolling Stone: “Ningún acto es más depravado, más autodestructivo que escuchar una y otra vez a todo volumen este lisérgico viaje al universo negro, oscuro y horrible que Black Sabbath han creado en cada una de sus canciones. Los ejércitos de Satanás, dos años después de que encárcelasemos a Manson, han ocupado de nuevo el mundo del rock.”
Black Sabbath giraron por Inglaterra entre octubre y noviembre de 1970, hicieron su primera gira por Europa en diciembre, y en la primavera de 1971, se lanzaron a la conquista de América, logrando, entre otros hitos, triunfar a lo grande en el Fillmore East de Nueva York ante la asombrada mirada de Bill Graham tocando con Mountain y Humble Pie. ‘Paranoid’ fue el disco que encumbró a Black Sabbath a lo más alto del rock, y a partir del cual se convertirían, merecidamente, en verdaderos ídolos ,al mismo nivel que los ya consagrados Led Zeppelin y Deep Purple. Escuchar el disco, incluso ahora, 33 años después, te da la idea y la dimensión del gran fenómeno que fueron para el mundo del rock.

1 comentario:

Jimi dijo...

Buscando fotos de Black Sabbath me topé con tu blog.

Tu nombre me sonaba de algo hasta que caí! Tío, por tu culpa faltaba a las clases de la universidad los lunes XD Era un puto fan de aquel programa que tenías en los 40 (¿cómo se llamaba "Rockstar"?). Diría que lo cambiaron de horario o no sé qué pasó que le perdí la pista.

En cualquier caso y, sin ánimo de ser pelota, me parecía increíblemente cojonudo el trabajo que hacías.

Saludos de un rockero de Barna!