lunes, 16 de marzo de 2009

NUEVA EDICION DEL FESTIVAL DE WOODSTOCK

Woodstock... un nombre que como Monterrey, Hyde Park, Wight, Rio de Janeiro, Donington, Roskilde, Glastonbury o Wacken es clave en la historia del rock y evoca grandes e intensos momentos de puro rock en vivo.
Una de las mejores noticias que han surgido en el panorama de actualidad musical en estos primeros meses de 2009 es la confirmación por parte del promotor Michael Lang, impulsor del primer festival de Woodstock de 1969, de que en conmemoración del 40 Aniversario del legendario e histórico Woodstock original, el próximo mes de agosto volverá a celebrarse en los mismos terrenos de la granja de Max Yasgur un gran festival en el que además y según ha explicado el propio Michael Lang en su página web, intentará contar con la mayor cantidad posible de artistas y músicos que tomaron parte en el primer festival, y ya se esta en avanzadas negociaciones con Joe Cocker, The Who, Neil Young & Crazy Horse, Ten Years After, Carlos Santana, Joan Baez y Grateful Dead.
El Festival Woodstock 2009, cuya celebración en América s
e llevaría a cabo los días 15 y 16 de agosto tendrá como lema "Por un mundo verde" y se pretende que en todas las actividades paralelas a la celebración de los conciertos esté muy presente la preocupación por el cambio climático, la situación del medio ambiente y el fomento de la conciencia ecológica, y por primera vez, se tiene la intención de traer una semana más tarde todo el gran acontecimiento a Europa y repetirlo los dias 22 y 23 de agosto en la explanada del Aeropuerto de Tempelhof de Berlín, siendo además este concierto o bien gratuito o bien pagando una entrada de precio simbólico.

Extraoficialmente, se dice que cara a este Woodstock 2009 se quiere lograr que alguno de los grupos más significados de la historia del rock que en su día rechazaron estar presentes en Woodstock 69, tales como Led Zeppelin o los Rolling Stones, si se suban al escenario en esta nueva celebración del festival.
Lo que significó en Festival de Woodstock de 1969 para la historia del rock y de la cultura popular contemporánea quiza resulte obvio volverlo a remarcar, pero nunca deja de ser necesario. El más de medio millon de personas que abarrotaron el Woodstock '69 hicieron del evento un acontecimiento de tal magnitud
que a partir de ese momento, el rock, que aún era consideros por amplios sectores de la sociedad europea y americana un fenómeno llamado a desaparecer y cuya importancia en la conciencia colectiva de las generaciones de jóvenes que lo vivieron era infifnitamente mayor de lo que ellos habían imaginado nunca, se convirtiera en la manifestación cultural más importante de la segunda mitad del siglo XX.

Al margen del impacto social que supuso, Woodstock pasó a convertirse en leyenda por la explosión de genialidad, creatividad y fuerza que los grupos que tocaron allí desplegaron. Joe Cocker se convirtió en una de las más grandes estrellas del rock de los 70 catapultado por su impresionante conciertazo de 1969, Grateful Dead, Canned Heat o Jefferson Airplane conocieron en Woodstock el momento álgido de su carrera, lanzó a la fama mundial a Santana, consagró a Crosby, Stills, Nash & Young, en el ámbito del rock duro los Mountain de Leslie West y los Ten Years After de Alvin Lee rompieron con todo y el mito de Jimi Hendrix como el mejor guitarrista de todos los tiempos se cimentó en su inolvidable actuación, recogida como tantas otras llenas de magia y poder en la pelíc
ula de Michael Wadleigh Woodstock, un sensacional documental de tres horas y cuarenta y cinco minutos de duración que es una obra maestra del cinema-concert.

Personalmente, en 1994 pude vivir dentro del equipo de enviados especiales de la revista Heavy Rock la segunda edición de Woodstock. No marcó un hito en la historia del rock del mismo modo que la de 1969, pero fue un acontecimiento grandioso, de los de mayor impacto mediático de la década de los 90 y en el marco de su celebración viví momentos que conservó de manera muy vívida en mi memoria: desde las tremendas descargas heavymetaleras de Metallica y Aerosmith, al homenaje a Muddy Waters que hicieron Paul Rodgers y el guitarrista invitado en su banda para esa ocasión, Slash de Guns N´Roses, pasando por la sensacional actuación de Steve Winwood con sus Traffic, la formidable actuación de Blind Melon -su cantante Shannon Hoon, que hizo una actuación fabulosa, por desgracia no viviría mas allá de unos meses después de aquel show-, unos Spin Doctors en la mejor actuación que les h
e visto nunca, y por supuesto, la bestial descarga del gurú del nuevo rock de los 90, el genio del rock alternativo Trent Reznor, quien apareció junto a sus Nine Inch Nails embadurnado de barro en un gesto de solidaridad con la gente que estábamos empapados y nadando literalmente en lodazales y haciendo una de las actuaciones más impactantes, demoledoras e impresionantes que he visto nunca sobre un escenario.
Woodstock 94 fue también una experiencia que fué mucho más allá de lo profesional para todos los compañeros de prensa que convivimos en aquellos tres días de rock, lluvia, barro y agotamiento. El Pirata, Mariscal Romero, Santiago Alcanda -por aquel entonces en M-80 y cuya odisea con los primigenios teléfonos móviles de la época habrá que contar algún día, cuando al tercer whisky nos empecemos a desinhibir- Manu Dávila, tiempo después compañero mío en Onda Cero Música y 40 TV, los inefables Domingo J.Casas y Juan Luis Vela, que ya se atrevieron a pronosticar que muchos volveríamos a Woodstock en el 2019 con el Inserso, Bertha M.Yebra de Popular 1, Ramón Reboiras, Silvia Grijalba de El Mundo... quedamos en institucionalizar una vez al año una cena de "veteranos de Woodstock", pero al final solo lo hicimos un año. Si alguno de los aludidos se pone en contacto, soy de la opinión de que tendríamos que retomar esas cenas cuanto antes.


Por contra, Woodstock 99 fue uno de los episodios más trágicos, negativos y desastrosos de la historia del rock reciente, marcado por la violencia que se desató entre una policia y unos servicios de seguridad extremadamente expeditivos y un público al que no se trató bien y se explotó económicamente. De hecho, tras el fracaso de ese Woodstock 99 , en el que se había pervertido todo el espíritu de paz, solidaridad y convivencia del Woodstock original, nunca creí que Michael Lang se atrevería a intentarlo de nuevo, y pensándolo bien, quizá este nuevo festival, mejor organizado y basándose de nuevo en unos ideales no violentos, además de ser un completo éxito, borre el triste recuerdo de 1999.

Habrá que estar allí y vivir de nuevo la historia. Ya estoy chequeando agencias de viaje on-line.
Os contaré

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