Imagináos la siguiente escena: Madrid, comienzos de la década de los 80. No existe la MTV -al menos en España- no existe You Tube, ni Internet, solo el "Popu", como llamábamos familiarmente a la unica revista de rock que existia en el estado español en 1981-82, Popular 1, y sintonizándose con harto esfuerzo con aquellos aparatos de radio cuya banda de FM era un secreto reservado solo a los ingenieros de telecomunicaciones situar correctamente para escucharla con una mínima calidad, los programas de El Buho Musical, Disco Cross o la Emisión Pirata. Y aun en medio de ese desoldor panorama, el boca a boca, los colegas de la legendaria discoteca Osiris en Argüelles, los troncos de la discoteca Argentina de San Blas o la peña del Rastro con la que te juntabas para intercambiar cintas los domingos por la mañana, te van prestando tal o cual o disco, te graban tal cinta, les grabas tu a ellos otra... y así, poco a poco, ese maravilloso mundo musical que era la explosión Heavy Metal de los primeros años 80, es algo que conoces de primera mano, que vives, que sientes, y que te flipa.
Después de pasarte todo el verano del 82 flipando con los Stones por un lado, con Miguel Ríos por otro y tras ver como Italia le ganaba a Alemania la final del campeonato del mundo de fútbol , aquellos históricos vinilos de Baron Rojo, Iron Maiden, Judas Priest, Motorhead, Scorpions... fueron el fluído vital de toda mi generación. Y dentro de ellos, no faltaba un célebre disco en directo del que ya hemos hablado en este blog, 'One Night At Budokan', del Michael Schenker Group. ("...Hello, Tokyo...!)
Un año más tarde, el mitico guitarrista aleman pisaba por primera vez escenarios españoles con su grupo, teloneando a Iron Maiden en unos históricos conciertos en los que presentaban el 'Built To Destroy'. Esa banda, esa imagen, se disgregó y terminó por desaparecer. Por tal motivo, os reconozco que dirigí mis pasos el pasado 30 de octubre a la Sala Macumba para ver este concierto, fundamentalmente por nostalgia. Aparte de por ver la cara de flipe de mi amigo Eduardo Marugán, "El Cuervo", el mayo fan de Schenker que conozco, cosa que finalmente no vi.
Pero nostalgias aparte, el MSG Schenker - Barden dió un concierto en Macumba verdaderamente excepcional. La banda, que cuenta además con el experimentado Chris Slade en la batería -AC/DC, The Firm, Bad Company, etc.- y que ha recuperado a Chris Glen como bajista, es un grupazo que sabe estar al nivel del maestro Schenker, y que supo darnos una noche sensacional, un concierto intenso, potente y entrañable, en el que no faltó el recuerdo a temas ya convertidos en himnos de toda una generación -"Cry For The Nations", "Ready To Rock", impagable el siempre fabuloso "Rock My Nights Away", el imprescindible "Doctor, Doctor" de UFO,- y versiones competentes, creíbles y muy buenas de los temas que han grabado -"Competition", por ejemplo- en su último trabajo de estudio. Sonaron bien, gustaron, a mi juicio convencieron, y por tal motivo, en modo alguno quería dejar de compartir esta sensación con todos vosotros.
No sé cuanto durará esta formación, pero sinceramente, creo que sería muy bueno que se mantuviera unida. Funcionan, dan buenos conciertos, y exhiben un potencial fabuloso. ¡Cruzo los dedos!
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